Jesús revela Un Secreto de su Reino…

Jesús revela Un Secreto de su Reino…

14 de diciembre de 2024 0 Por Gospa Chile

Nos habla de la relación con María, su madre. Aunque Jesús la amaba mucho por ser su madre, la amaba aún más porque hacía la voluntad del Padre celestial.


Con esas palabras, Jesús revela un secreto de su reino…

San Juan Pablo II, Homilía, Nigeria, 23 de marzo de 1988.


[…] 4. En el evangelio de hoy, Jesús mismo nos enseña cómo se ha de entender la familia de Dios y cómo ésta puede abarcar a todos los pueblos. Nos dice: «Quien cumpla la voluntad de Dios ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mc 3,35).

Con esas palabras, Jesús revela un secreto de su reino.

Nos habla de la relación con María, su madre. Aunque Jesús la amaba mucho por ser su madre, la amaba aún más porque hacía la voluntad del Padre celestial.En la Anunciación respondió «sí» a la voluntad de Dios, manifestada por el ángel Gabriel (cf. Lc Lc 1,26-38). Compartió, en todas sus etapas, la vida y la misión de su Hijo, hasta el pie de la cruz (cf. Jn Jn 19,25). Como María, también nosotros aprendemos y aceptamos que toda relación humana es renovada, elevada, purificada, y recibe nuevo significado por la gracia de Cristo: «Por él, unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu (…), edificados hasta ser morada de Dios en el Espíritu» (Ep 2,18-22).

[…]Con el fin de edificar la casa espiritual de Dios, la Iglesia invita a todos sus miembros a tratar siempre con compasión a los necesitados: a los pobres, a los enfermos y a los ancianos, a los refugiados que se han visto obligados a huir de la violencia y de los conflictos de sus países; a los hombres, mujeres y niños afectados por el sida, que sigue causando numerosas víctimas en este continente y en todo el mundo; a todas las personas que sufren persecución, dolor y pobreza. La Iglesia enseña el respeto a toda persona, a toda vida humana. Predica la justicia y el amor, e insiste en los deberes tanto como en los derechos: los derechos y deberes de los ciudadanos, de los empresarios y de los trabajadores, del Gobierno y del pueblo.

En efecto, existen derechos humanos fundamentales, de los que ninguna persona puede jamás verse legítimamente privada, dado que están arraigados en la naturaleza de la persona humana y reflejan las exigencias objetivas e inviolables de una ley moral universal. Esos derechos sirven de fundamento y de medida para cualquier sociedad y organización humana. El respeto a toda persona humana, a su dignidad y sus derechos, debe ser siempre el principio inspirador y guía de vuestros esfuerzos por incrementar la democracia y reforzar el entramado social de vuestro país. La dignidad de cada ser humano, sus inalienables derechos fundamentales, la inviolabilidad de la vida, la libertad y la justicia, el sentido de solidaridad y el rechazo de la discriminación: son las piedras con las que se ha de construir una Nigeria nueva y mejor.