Los llamo al Ayuno y a la Renuncia

Los llamo al Ayuno y a la Renuncia

15 de febrero de 2024 0 Por Gospa Chile

ESCLAVITUD DE AMOR A MARÍA REINA DE LA PAZ DÍA 20


CONOCIMIENTO DE MARÍA

“Solo con ayuno y oración”

(Buscamos un lugar apartado para hacer nuestra
preparación en oración)


Letanías al Espíritu Santo

Señor, Ten piedad de nosotros.
Cristo,Ten piedad de nosotros.
Señor, Ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, Escúchanos.
Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo Redentor del mundo,Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,Ten piedad de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios,Ten piedad de nosotros.
Espíritu, que procedes del Padre y del Hijo,Ten piedad de nosotros.
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación incubando las aguas las fecundaste,Ten piedad de nosotros.
Espíritu por cuya inspiración hablaron los santos hombres de Dios,Ten piedad de nosotros.
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas,Ten piedad de nosotros.
Espíritu que das testimonio de Cristo,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas,Ten piedad de nosotros.
Espíritu que fecundas a María,Ten piedad de nosotros.
Espíritu del Señor que llenas todo el orbe,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de Dios que habitas en nosotros,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de sabiduría y entendimiento,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de consejo y fortaleza,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de ciencia y piedad,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de temor del Señor,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de gracia y misericordia,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de fuerza, dilección y sobriedad,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de fe, esperanza, amor y paz,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de humildad y castidad,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de benignidad y mansedumbre,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de gracia multiforme,Ten piedad de nosotros.
Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios,Ten piedad de nosotros.
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,Ten piedad de nosotros.
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,Ten piedad de nosotros.
Espíritu en el cual renacemos,Ten piedad de nosotros.
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,Ten piedad de nosotros.
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,Ten piedad de nosotros.
Espíritu que apareciste sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego,Ten piedad de nosotros.
Espíritu del que los apóstoles quedaron henchidos,Ten piedad de nosotros.
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,Ten piedad de nosotros.
Senos propicio, Perdónanos, Señor.
Senos propicio, Escúchanos, Señor.
De todo mal, Líbranos Señor.
De todo pecado, Líbranos Señor.
De las tentaciones e insidias del diablo, Líbranos Señor.
De toda presunción y desesperación, Líbranos Señor.
De la resistencia a la verdad conocida, Líbranos Señor.
De la obstinación y de la impenitencia, Líbranos Señor.
De la impureza de la mente y del cuerpo, Líbranos Señor.
Del espíritu de fornicación, Líbranos Señor.
De todo espíritu malo, Líbranos Señor.
Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo, Líbranos Señor.
Por la concepción de Jesús, hecha por tu operación, Líbranos Señor.
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán, Líbranos Señor.
Por tu advenimiento sobre los discípulos, Líbranos Señor.
En el día del juicio, Líbranos Señor.
Nosotros, pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que, así como vivimos por el Espíritu obremos también por el Espíritu, te rogamos, óyenos.
Para que, recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos, te rogamos, óyenos.
Para que, viviendo según el espíritu, no accedamos a los deseos de la carne, te rogamos, óyenos.
Para que por el espíritu mortifiquemos las obras de la carne, te rogamos, óyenos.
Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios, te rogamos, óyenos.
Para que seamos solícitos en guardar la unidad de espíritu en el vínculo de la paz, te rogamos, óyenos.
Para que no creamos a todo espíritu, te rogamos, óyenos.
Para que sepamos discernir los espíritus, si son o no de Dios, te rogamos, óyenos.
Para que renueves en nosotros el espíritu de rectitud, te rogamos, óyenos.
Para que nos confirmes por tu espíritu soberano, te rogamos, óyenos.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten misericordia de nosotros.

Oremos:

Te pedimos, Señor, que nos asista la fuerza del Espíritu Santo para que purifique convenientemente nuestros corazones y nos preserve de todo mal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


San Mateo 17, 19-21

Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron en privado: «¿Por qué nosotros no pudimos echar a ese demonio?»
Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: «Desplázate de aquí allá», y se desplazará, y nada os será imposible.»
Jesús les dijo: «Porque ustedes tienen poca fe. En verdad les digo: si tuvieran fe, del tamaño de un granito de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de ahí y ponte más allá, y el cerro obedecería. Nada sería imposible para ustedes.
Yendo un día juntos por Galilea, les dijo Jesús: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres;(Esta clase de demonios sólo se puede expulsar con la oración y el ayuno).»


Mensaje, 25 de marzo de 1998

“¡Queridos hijos! También hoy los llamo al ayuno y a la renuncia. Hijitos, renuncien a lo que les impide estar cerca de Jesús. De manera especial los llamo: Oren, ya que únicamente con la oración podrán vencer vuestra voluntad y descubrir la voluntad de Dios aun en las cosas más pequeñas. Con vuestra vida cotidiana, hijitos, ustedes llegarán a ser ejemplo y testimoniarán si viven para Jesús o en contra de El y de Su voluntad. Hijitos, deseo que lleguen a ser apóstoles del amor. Amando, hijitos, se reconocerá que son míos. Gracias por haber respondido a mi llamado!”


«Lo que Lucifer perdió por el orgullo, María lo ha ganado por humildad; lo que Eva hizo digno de condenación y perdición por desobediencia, María lo ha salvado por la obediencia. Eva, obedeciendo a la serpiente, perdió consigo a todos sus hijos y los entregó a Satanás; María, siendo perfectamente fiel a Dios, ha salvado a todos sus hijos y servidores con Ella y los ha consagrado a la Majestad divina.
Dios no puso solamente una enemistad, sino que puso enemistades entre María y Lucifer, y no sólo las puso entre María y Lucifer, sino entre la raza de la Virgen y la raza del demonio; es decir, Dios ha formado enemistades, antipatías y odios secretos entre los verdaderos hijos y siervos de María y los hijos y esclavos del diablo, de modo que no se aman ellos nada unos a otros, ni tienen correspondencia interior entre sí.» (Tratado de la Verdadera Devoción N. 53-54)

«El propio Jesús confirió una fuerza especial al ayuno, cuando dijo a los apóstoles que había cierto tipo de espíritus malignos que sólo podían ser arrojados por medio de la oración y el ayuno. Los exorcistas siempre han combinado la oración y el ayuno en su práctica. María nos ha invitado a vivir de pan y agua dos días a la semana — miércoles y viernes. El pan es símbolo de la vida, es el camino a la Eucaristía y Jesús mismo se queda con nosotros en la forma del pan. De este modo entenderemos mejor que también nosotros estamos llamados a tomar el camino del pan a fin de llegar a ser pan para los demás, tal como Jesús es Pan para nosotros. El ayuno y la renuncia son un camino hacia la libertad interior y la apertura de nuestro corazón a todo lo que Dios quiere darnos. Espero verdaderamente que todos tengamos el valor de ayunar y renunciar a cualquier cosa que nos esclavice.” (Padre Slavko Barbaric)

«Dios, Padre nuestro, Te damos gracias por hablarnos en este tiempo a través de María. Te pedimos el don del ayuno y la renuncia y que nos liberes de todo lo que nos impide estar cerca de Jesús, Tu Hijo, el Emmanuel. Libéranos de toda soberbia y egoísmo y de cualquier miedo o desconfianza. Danos un profundo anhelo por Su cercanía y a través de El, por la cercanía a Ti, oh Padre. Danos el espíritu de oración y a través de Tu Espíritu revélanos Tu voluntad para nosotros. Ayúdanos a vencer nuestra propia voluntad y que nunca más Tu voluntad nos distancie de Ti. Danos la fortaleza para que, a través de nuestra vida, lleguemos a ser apóstoles del amor. Perdónanos por todo lo que no es amor en nosotros. Te pedimos a nombre de todos los bautizados y de todos los que se llaman cristianos que podamos decidirnos por el amor y la paz.» (Padre Slavko Barbaric)

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Ave Maris Stella

Salve Estrella del mar, Santa Madre de Dios
y siempre Virgen, feliz Puerta del cielo.
Tú que has recibido el saludo de Gabriel,
y has cambiado el nombre de Eva,
establécenos en la paz.
Rompe las ataduras de los pecadores,
da luz a los ciegos, aleja de nosotros los males
y alcánzanos todos los bienes.
Muestra que eres Madre: reciba nuestras súplicas
por medio de Ti, Aquél que, naciendo por nosotros,
aceptó ser Hijo tuyo.
¡Oh, Virgen incomparable! ¡Amable como ninguna!
Haz que, libres de nuestras culpas,
permanezcamos humildes y castos.
Danos una vida limpia,
prepáranos un camino seguro; para que,
viendo a Jesús, nos alegremos eternamente contigo.
Demos alabanza a Dios Padre,
gloria a Cristo Soberano y también al Santo Espíritu,
a los Tres un mismo honor. Amén

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«En fin, sabemos que serán verdaderos discípulos de Jesucristo, que, marchando sobre las trazas de la pobreza, humildad, desprecio del mundo y caridad, enseñarán el camino derecho de Dios y de la verdad, según el Santo Evangelio, y no según las máximas del mundo, sin apenarse por nada, sin hacer acepción de personas, sin cuidarse de nadie, ni escuchar, ni temer a ningún mortal, por poderoso que sea.
Tendrán en sus labios la espada de doble filo de la palabra de Dios; llevarán sobre sus espaldas el estandarte ensangrentado de la Cruz, el Crucifijo en la mano derecha, el rosario en la izquierda, los nombres sagrados de Jesús y de María en el corazón y la modestia y mortificación de Jesucristo en toda su conducta. Ved los grandes hombres que vendrán; pero María estará allí por orden del Altísimo para extender su imperio sobre el de los impíos, idólatras y mahometanos. ¿Cuándo y cómo sucederá esto?… Dios sólo lo sabe: a nosotros sólo nos toca callar, orar, suspirar y esperar. Esperare confiadamente (Ps. 39,1).» (Tratado de la Verdadera Devoción N. 59)

El ayuno fortifica el espíritu, mortificando la carne y su sensualidad; eleva el alma a Dios; abate la concupiscencia, dando fuerzas para vencer y amortiguar sus pasiones, y dispone el corazón para que no busque otra cosa distinta de agradar a Dios en todo (San Francisco De Sales, Sermón sobre el ayuno).

Tres cosas hay, hermanos, por las que se mantiene la fe, se conserva firme la devoción, persevera la virtud. Estas tres cosas son la oración, el ayuno y la misericordia. Lo que pide la oración, lo alcanza el ayuno y lo recibe la misericordia. Oración, misericordia y ayuno: tres cosas que son una sola, que se vivifican una a otra (San Pedro Crisólogo, Sermón 43).

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Letanías Marianas

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios,Ten piedad de nosotros.
Santa María, Ruega por nosotros (emplear esta respuesta de ahora en adelante).
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
Para que seamos dignos de alcanzar las promesa de Nuestro Señor Jesucristo.

Te rogamos nos concedas,Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.


Magnificat

Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.


Oración de San Juan XXIII

¡San José, guardián de Jesús y casto esposo de María, tu empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber. Tu mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti. Tu conoces sus aspiraciones y sus esperanzas. Ellos se dirigen a ti porque saben que tu los comprendes y proteges. Tu también supiste de pruebas, cansancio y trabajo. Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida, tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre.
Amén.


CATECISMO DE SAN JOSÉ

17-¿Cómo fue virginal en el amor el matrimonio de San José?

Es una verdad conocida que cuanto más puro es el amor y más espiritual y desprendido de la materia, es tanto más fuerte y más vehemente; porque el fuego de la concupiscencia encendido en nuestros cuerpos, no puede igualar jamás a los ardores de los espíritus unidos por el amor de la pureza. Y por tanto, ¿hay alguien que pueda decir cuál fue el amor conyugal de José y María? Porque en ninguna parte ha sido este amor espiritual tan perfecto como en este santo matrimonio. En esta unión, el amor es santo, espiritual y celeste puesto que sus llamas y todos sus deseos tienden a conservar la virginidad. Se aman entre sí, y en su grande amor aman su mutua virginidad. José ama a María sobre todo lo que decirse puede, pero lejos de nos otros el pensar que el objeto de su amor eran los dones de la naturaleza con que María se hallaba adornada; o, en otros términos, la belleza mortal que la hermoseaba; no, lo que José amó en María era la belleza oculta e interior, cuya virginidad forma el principal adorno. Era, pues, la pureza de María, el objeto del amor de José, y cuanto más amaba a esta pureza, más quería conservarla, primero en su santa esposa y después en sí mismo, por una perfecta conformidad del corazón. Y así, tan verdad ha sido el decir que las promesas de José han sido puras, como que su amor a María fue divino y enteramente virginal.


Aquí se rezan 7 Padre Nuestros y 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José.


M E M O R A R E

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente. Así sea.


Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)


ORACIONES

Oh custodio y padre de vírgenes San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María. Por estas dos queridísimas prendas, Jesús y María, te ruego y te suplico me alcances que, preservado de toda impureza, sirva siempre con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.

Haz, oh José, que nuestra vida transcurra tranquila y que siempre sea segura bajo tu patrocinio.

¡Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía!
¡Jesús, José y María, asistidme en vida y en mi última agonía!
¡Jesús, José y María, expire en paz con Vos el alma mía!

San José, mi padre y señor, tú que fuiste guardián fiel del Hijo de Dios y de su Santísima Madre, la Virgen María, alcánzame del Señor la gracia de un espíritu recto y de un corazón puro y casto para servir siempre mejor a Jesús y a María. Amén.