Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres. Lunes XX

Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres. Lunes XX

16 de agosto de 2025 0 Por Gospa Chile

«Queridos hijos, decídanse por el amor, para que el amor reine en todos ustedes, pero no el amor humano, sino el amor divino. Gracias por haber respondido a mi llamado!” (Mensaje, 20 de noviembre de 1986)


Evangelio Diario y Meditación

Santo Evangelio

Evangelio según san Mateo 19,16-22
Se acercó un hombre a Jesús y le preguntó: “Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?”
Jesús le dijo: “¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos”.
“¿Cuáles?”, preguntó el hombre. Jesús le respondió: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
El joven dijo: “Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?” “Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo.
Después, ven y sígueme”.
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.


Meditación Patrística

San Jerónimo: Hay muchos que dejan sus riquezas y no siguen al Señor, lo cual no es suficiente para ser perfecto. Es preciso, habiéndonos desapegado de las riquezas, seguir al Salvador, es decir, hacer el bien después de haber abandonado el mal. Con más facilidad se abandona un bolsillo que la propia voluntad. Por eso se dice: «Y ven y sígueme». Sigue al Señor el que lo imita y marcha por sus mismos pasos. Prosigue: «Y cuando oyó el joven estas palabras, se fue triste». Esta es la tristeza que conduce a la muerte y la causa de ella son las palabras siguientes: «Porque tenía muchas posesiones», es decir, espinas y abrojos, que ahogaron la simiente del Señor.

Reflexión: Si todos los mandamientos se unieran en estas palabras: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» ( Mt 9,19), es claro que el que cumple este mandamiento es perfecto ¿Cómo, entonces, el Señor dice al joven que contestó: «Yo he guardado todo eso desde mi juventud» ( Mt 9,20), «Si quieres ser perfecto» como si aún no lo fuera? Ved lo que está escrito en el Evangelio, según los hebreos: después que el Señor oyó al joven y le dijo: «Ve y vende cuanto tienes», el rico empezó a rascarse la cabeza y a manifestar su desagrado y entonces el Señor le dice: «¿Cómo dices: Yo he cumplido la Ley y los Profetas?» Porque en la Ley está escrito: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» ( Lev 19,18) y he aquí que muchos hijos de Abraham, hermanos tuyos, están cubiertos de estiércol y muertos de hambre y tu casa está llena de muchos bienes y nada sale de ella para que sea partido entre los pobres. Queriendo, pues, el Señor reprender al rico, le dice: «Si quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes, dáselo a los pobres», etc. De esta manera harás ver que efectivamente amas a tu prójimo como a ti mismo.


Mensaje

«¡Queridos hijos! También hoy los invito a vivir y a seguir con particular amor todos los mensajes que Yo les doy. Queridos hijos, Dios no quiere que ustedes sean tibios e indecisos, sino que se abandonen totalmente a El. Ustedes saben que Yo los amo y que ardo de amor por ustedes. Por tanto, queridos hijos, decídanse por el amor para que también ustedes sean inflamados y puedan conocer cada día el amor de Dios. Queridos hijos, decídanse por el amor, para que el amor reine en todos ustedes, pero no el amor humano, sino el amor divino. Gracias por haber respondido a mi llamado!” (Mensaje, 20 de noviembre de 1986)


Coloquio

¡Os doy gracias ¡Oh Corazón afligido y enamorado de mi Señor! Os doy gracias, y os compadezco especialmente de ver que tanto padecisteis por los hombres, y estos tan poco os compadecen.
¡Oh Amor Divino! ¡Oh ingratitud humana! ¡Oh hombres, hombres! Mirad a este pequeño corderito inocente, angustiado por vosotros, para satisfacer a la Justicia Divina las injurias que le habéis hecho.
Atended como Él está rogando e intercediendo por vosotros cerca del Eterno Padre: miradle y amadle.
¡Ah! Mi Redentor! ¡Cuán pocos son los que piensan en vuestros dolores y en vuestro amor! ¡Oh Dios! ¡Cuán pocos son los que os aman! Pero ¡miserable de mí! Que también he vivido por tantos años olvidado de Vos! Habéis padecido tanto para que os amase, ¡y nada os he amado! Perdonadme Jesús mío, perdonarme, que ya quiero enmendarme y quiero amaros.
¡Pobre de mí, si resisto por más tiempo a vuestra gracia y me condeno! Todas las misericordias de que habéis usado conmigo, y especialmente vuestra dulce voz que ahora me llama a amaros, serán mis mayores penas en el infierno.
Amado Jesús, tened piedad de mí, no permitáis que viva más ingrato a vuestro amor; dadme luz, dadme fuerza de vencerlo todo, para cumplir vuestra voluntad.!


De Santa Margarita María Alacoque

“Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado.” Amén.