Lo acompañaban los Doce. Viernes XXIV

Lo acompañaban los Doce. Viernes XXIV

18 de septiembre de 2025 0 Por Gospa Chile

«Yo les doy gracias también porque su respuesta es la de servir a Dios y a la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado!” (Mensaje, 25 de enero de 1991)


Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


Santo Evangelio

Evangelio según san Lucas 8, 1-3
Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido sanadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.


Meditación:

(Iluminados por la Patrística, los Santos y el Magisterio, buscamos profundizar el misterio del Señor y reconocer sus mociones en nuestra alma)

Primer Punto: Como el águila que excita a volar a sus polluelos, el Señor eleva suavemente a sus discípulos hacia las cosas sublimes. Pues primeramente enseñó en las sinagogas e hizo milagros. A continuación eligió a los doce, que llamó apóstoles. Después los llevó a ellos solos, predicando por las ciudades y aldeas. (San Beda)

Segundo Punto: ¿Qué se entiende por siete demonios, sino todos los vicios? Pues como en siete días se presenta todo el tiempo, así el número siete representa la universalidad. María tuvo siete demonios, porque había cometido toda clase de pecados. (San Gregorio)

Tercer Punto: Era costumbre entre los judíos, y no incurrían en pecado según se hacía antiguamente, que las mujeres diesen de comer y vistiesen de su propio peculio a los que las instruían. San Pablo refiere ( 1Cor 9) que abolió esta costumbre porque podía escandalizar a los gentiles. Asistían de sus bienes al Señor para que recibiese de ellas las cosas temporales, mientras ellas recibían de El las espirituales. No porque el Señor necesitase comer a costa de sus criaturas, sino para ser el modelo de los maestros, los cuales deben contentarse con el alimento y el vestido de sus discípulos. (San Jerónimo)


Mensaje

“¡Queridos hijos! Hoy, como nunca antes, Yo los invito a la oración. Su oración debe ser una oración por la paz. Satanás es fuerte y desea no solamente destruir la vida humana, sino también la naturaleza y el planeta que ustedes habitan. Por eso, queridos hijos, oren, para que por medio de la oración ustedes sean protegidos con la bendición de la paz de Dios. Dios me envió a ustedes para que Yo los ayude. Si lo desean, tomen el Rosario. El Rosario por sí solo puede hacer milagros en el mundo y en sus vidas. Yo los bendigo y me quedaré con ustedes tanto tiempo como sea la Voluntad de Dios. Gracias porque ustedes no van a traicionar mi presencia aquí. Yo les doy gracias también porque su respuesta es la de servir a Dios y a la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado! ” (Mensaje, 25 de enero de 1991)


Coloquio

(Luego de considerar las lecturas y el Evangelio, somos invitados a un dialogo espiritual, con el corazón, con el Señor y su Madre Santísima)

¡Pobre de mí, Señor, si resisto por más tiempo a vuestra gracia y me condeno! Todas las misericordias de que habéis usado conmigo, y especialmente vuestra dulce voz que ahora me llama a amaros, serán mis mayores penas en el infierno.
Amado Jesús, tened piedad de mí, no permitáis que viva más ingrato a vuestro amor; dadme luz, dadme fuerza de vencerlo todo, para cumplir vuestra voluntad. ! Aquel mismo amor que os hizo bajar del cielo para venir a buscar la oveja perdida, ha hecho que me sufrieseis tanto, y no me abandonaseis.
Jesús mío, ahora Vos me buscáis, y yo os busco también. Siento ya que vuestra gracia me asiste; me asiste con el dolor de mis pecados, que aborrezco sobre todo mal; me asiste con el grande deseo que tengo de amaros y daros gusto.
Si, mi Señor, os quiero amar y complacer cuanto pueda. Por una parte, me da verdadero temor mi fragilidad y debilidad, contraída por causa de mis pecados; pero por otra, es más grande la confianza que me da vuestra gracia, haciéndome esperar en vuestros méritos, y dándome grande ánimo para decir: Todo lo puedo en quién me conforta.


Comunión Espiritual

“Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)