Dejen el egoísmo y el pecado
«Esa persona no está siguiendo el camino del peregrino, sino que se queda en el camino de este mundo…»
Comentario Padre Slavko Barbaric
Fuente: Medjugorje.ws
Mensaje, 25 de julio de 2000
“¡Queridos hijos! No olviden que están sobre la tierra en camino hacia la eternidad y que vuestra morada está en los cielos. Por eso, hijitos, estén abiertos al amor de Dios y dejen el egoísmo y el pecado. Que vuestra alegría sea únicamente el descubrir a Dios en la oración cotidiana. Por eso, aprovechen este tiempo y oren, oren, oren, y Dios está cerca de vosotros en la oración y a través de la oración. Gracias por haber respondido a mi llamado!”
Saludo a todos los que intentan seguir los mensajes de María y los invito a reflexionar brevemente sobre lo que María nos dijo en Su mensaje del 25 de julio. Ella nos invita a que no olvidemos que nuestro camino aquí en la tierra es verdaderamente el camino hacia la eternidad. En otras palabras, no quiere que olvidemos que todos somos peregrinos en la tierra. De esa forma, las personas saben de dónde vienen, es decir del amor de Dios, y saben hacia dónde van, es decir a la Gloria eterna. Dios dio a nuestros corazones ese anhelo por la vida eterna, y quiere que mantengamos ese anhelo para que algún día podamos estar con Él en esa vida eterna. María nos enseña cómo debemos comportarnos en ese camino. Debemos dejar que el amor de Dios nos guíe, es por ello que Ella dice que debemos estar abiertos a ese amor. Pero la segunda condición es que debemos dejar atrás todo egoísmo y pecado. Las personas egoístas y que viven en pecado son aquellas que se han puesto en primer lugar en sus vidas, o a otras personas, o al mundo material o a otro dios, y lo siguen. Una persona es egoísta cuando se pone a sí misma en primer lugar en su vida, ora para sí, se adora a sí misma. Por su egoísmo, la persona quiere ser la vara con que mide todo. Quiere decidir lo que está bien y lo que está mal y espera que Dios y las demás personas le sirvan. Si una persona no le sirve como él quiere, se enoja, se altera, es infeliz y se entristece. Esa persona no está siguiendo el camino del peregrino, sino que se queda en el camino de este mundo y queda atrapado en el mal. Sólo el amor de Dios, cuando nos toca, puede darnos la fuerza para superar todas las tentaciones, egoísmos y pecados, y permanecer así en el camino correcto. Por ello, María también nos dice que debemos descubrir a Dios con alegría en nuestra oración cotidiana, para que Él sea nuestra verdadera alegría. Esta es la dinámica del amor. El que ama está siempre cerca de la persona amada pero también está siempre alejado de ella. Es por ello que él siempre trata de acercarse más pero siempre siente que está lejos y nuevamente trata de acercarse. Debemos pedir a Dios en la oración por la dinámica de ese amor. También Ella nos pide tres veces que oremos porque Dios está muy cerca de nosotros en y a través de la oración. Espero que ese mensaje nos ayude y siga ayudándonos a ver si verdaderamente estamos peregrinando o si estamos atrapados en algo. El único camino bueno y verdadero para el hombre es vivir como un peregrino, es decir, con libertad interior, formar su vida con Dios y con los demás y así guardar el equilibro en su caminar. También debemos orar por este equilibrio.