
El prójimo. Lunes XXVII
«Por eso, hijos míos, amaos los unos a los otros, permaneced unidos por medio de mi Hijo. Sed hijos de Dios, que, todos unidos, pronunciáis el Padre Nuestro con un corazón pleno, abierto y puro. ¡Y no temáis! Os doy las gracias.» (Mensaje 2 de Enero 2020)
Evangelio Diario y Meditación
Oración al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
Santo Evangelio
Evangelio san Lucas 10, 25-37
Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”
Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”
Él le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”.
“Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida”.
Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?”
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: «Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver».
¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”
“El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor.
Y Jesús le dijo: “Ve, y procede tú de la misma manera”.
Meditación
Primer Punto: Había ciertos charlatanes que recorrían todo el territorio de los judíos, acusando a Cristo y diciendo que llamaba inútil a la ley de Moisés al mismo tiempo que enseñaba doctrinas nuevas. Queriendo, pues, aquel doctor de la ley seducir a Jesús para que hablase algo en contra de la ley de Moisés, se presenta tentándole, llamándole maestro y no sufriendo ser enseñado. Y como el Señor acostumbraba a hablar de la vida eterna a todos los que venían a El, el doctor de la ley se servía de sus propias palabras; y como lo tienta con astucia, no oye otra cosa que lo que Moisés había enseñado. Por eso sigue: «Y El le dijo: ¿En la ley qué hay escrito? ¿Cómo lees?». (San Cirilo)
Segundo Punto: Este hombre representa a Adán y a todo el género humano. Jerusalén, ciudad de la paz, representa la Jerusalén celestial, de cuya felicidad había caído. Jericó quiere decir luna, y significa nuestra mortalidad, porque nace, crece, envejece y muere. Jerusalén, que se interpreta visión de la paz, representa el paraíso; porque antes que el hombre pecara, estaba en la visión de la paz, esto es, en el paraíso. Todo lo que veía era paz y alegría; pero bajó de allí (como humillado y abatido por el pecado) hacia Jericó, esto es, al mundo, en donde todo lo que nace, desaparece como la luna.
Cayó, pues, en poder de los ladrones, esto es, del diablo y sus ángeles, que por la desobediencia del primer hombre despojaron al género humano del ornato de la inocencia; y le hirieron, incapacitándolo para el buen uso de su libre albedrío. Por esto sigue: «Los cuales le despojaron, y, después de haberle herido, se fueron». Le hicieron una llaga, induciéndole al pecado; y a nosotros más, porque al pecado que hemos contraído añadimos muchos pecados. despojaron al hombre de la inmortalidad; y, cubriéndolo de llagas (inclinándolo al pecado), lo dejaron medio muerto, porque por la parte que puede entender y conocer a Dios es hombre vivo; mas por la parte que sucumbe y es oprimido por el pecado es hombre muerto; y esto es lo que se añade: «Dejándole medio muerto”.
En el sacerdote y en el levita se representan los dos tiempos, el de la Ley y el de los Profetas; en el sacerdote la ley, por la cual se instituyeron el sacerdocio y los sacrificios; en el levita los vaticinios de los profetas, en cuyo tiempo no pudo curarse la humanidad, porque la ley daba a conocer los pecados, pero no los perdonaba. (San Agustín)
Tercer Punto: Tres potencias se distinguen en el alma. Una es sólo aumentativa y nutritiva, la cual se halla también en las plantas; otra que siente y es común en la naturaleza a los animales irracionales; y otra que es la perfecta actividad del alma racional, que se observa en la naturaleza humana. Así, diciendo corazón, significó la sustancia corporal, esto es, la nutritiva; diciendo alma, designó la del medio o la sensibilidad, y diciendo mente, designó la naturaleza más elevada, esto es, la potencia inteligente y reflexiva. (San Gregorio)
Mensaje
“Queridos hijos, sé que estoy presente en vuestras vidas y en vuestros corazones. Siento vuestro amor, escucho vuestras oraciones y las dirijo a mi Hijo. Pero, hijos míos, mediante mi amor maternal, yo deseo estar en la vida de todos mis hijos. Quiero reunir a todos mis hijos a mi alrededor, bajo mi manto maternal. Por eso, os invito y os llamo a vosotros, apóstoles de mi amor, para que me ayudéis.
Hijos míos, mi Hijo pronunció las palabras “Padre Nuestro”, Padre Nuestro que estás en todas partes y en nuestros corazones, porque Él quiere enseñaros a orar con palabras y sentimientos. Desea que siempre seáis mejores, que viváis el amor misericordioso que es oración y sacrificio ilimitado por los demás.
Hijos míos, dad a mi Hijo amor por el prójimo, dad a vuestro prójimo palabras de consuelo, de compasión y obras de justicia. Todo lo que dais a los demás, apóstoles de mi amor, es acogido por mi Hijo como un regalo. Y estoy con vosotros porque mi Hijo desea que mi amor, como un rayo de luz, reanime vuestras almas y os ayude en la búsqueda de la paz y de la felicidad eterna.
Por eso, hijos míos, amaos los unos a los otros, permaneced unidos por medio de mi Hijo. Sed hijos de Dios, que, todos unidos, pronunciáis el Padre Nuestro con un corazón pleno, abierto y puro. ¡Y no temáis! Os doy las gracias. (Mensaje 2 de Enero 2020)
Coloquio
Perdónanos por todo lo que no es amor en nosotros. Te pedimos a nombre de todos los bautizados y de todos los que se llaman cristianos que podamos decidirnos por el amor y la paz. Te rogamos que nuestros corazones se abran a la resurrección que Tú, oh Jesús, nos ofreces por medio de Tu Resurrección. María, contigo le pedimos al Señor que nos bendiga a todos, a todos los peregrinos y al mundo entero, a fin de que este año del Espíritu Santo seamos iluminados y que por T u intercesión encontremos el camino al Señor. Por Cristo Nuestro Señor, ¡una feliz Pascua de Resurrección! Amén. (Fra. Slavko , Medjugorje, Medjugorje, Marzo 27, 1998)
Comunión Espiritual
“Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)