
El Señor del sábado. Sábado XXII
«Queridos hijos, decidiros por una nueva vida con el nombre de mi Hijo en vuestros labios. Gracias.” (Mensaje, 2 de enero de 2009)
Oración al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
Santo Evangelio
Evangelio según san Lucas 6,1-5
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano.
Unos fariseos les preguntaron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»
Meditación
(Iluminados por la Patrística, los Santos y el Magisterio, buscamos profundizar el misterio del Señor y reconocer sus mociones en nuestra alma)
Primer Punto: Los escribas y los fariseos, ignorando las Sagradas Escrituras, habían conspirado a una para acusar a los discípulos de Cristo; por lo cual prosigue: «Y algunos de los fariseos les decían: ¿Por qué hacéis,…». Dime tú, cuando se te pone la mesa en día de sábado, ¿acaso no partes pan? ¿Por qué, pues, reprendes a los otros?. (San Cirilo)
Segundo Punto: Los judíos creían que esto no era lícito el sábado; mas Jesucristo, por el contrario, predicando el beneficio de la nueva gracia, anunciaba el ocio de la ley y el trabajo de la gracia. Dijo, sin embargo, admirablemente, segundo-primero, y no primero-segundo sábado, porque el sábado de la ley, que era el primero, fue abolido, y el que era el segundo, resultó el primero. Luego se llama sábado segundo, por razón del número, y primero por la operación de la gracia; mejor es el sábado en que se concede el perdón, que el otro en que se establece la pena. Acaso también se llama primero, por la predestinación del consejo, y segundo, por la sanción del decreto. Finalmente, David -fugitivo con sus compañeros- figura en la ley a Jesucristo y sus discípulos, que se ocultan al príncipe del mundo. Mas ¿cómo puede decirse que el que observaba y defendía la ley comió panes y dio a todos los que estaban con él -los cuales no era permitido comer, más que a los sacerdotes-, sino para demostrar por aquella figura que el alimento sacerdotal pasaba al uso de los pueblos, ya porque todos debemos imitar la vida sacerdotal, ya porque todos los hijos de la Iglesia son considerados como sacerdotes? Recibimos la unción del santo sacerdocio, ofreciéndonos a Dios como hostias espirituales ( 1Pe 2). (San Ambrosio)
Tercer Punto: Los refuta de otro modo, cuando añade: «Y les decía: El Hijo del hombre Señor es también del sábado». Como diciendo: Yo soy el Señor que he mandado guardar el sábado, y como legislador tengo potestad de cambiar el sábado. El Hijo del hombre se llamó Cristo, porque, siendo Hijo de Dios, milagrosamente se dignó hacerse y llamarse Hijo del hombre, por amor a los hombres. (Teofilacto)
Mensaje
“Queridos hijos, a pesar de que una gran gracia del cielo os es prodigada especialmente, vuestros corazones permanecen duros y sin respuesta.Hijos míos, ¿Porque no me entregáis completamente vuestros corazones? Sólo deseo poner en ellos paz y salvación: poner a mi Hijo. Con mi Hijo, vuestras almas alcanzarán nobles metas y nunca se perderán. Aún en la mayor oscuridad encontraréis el camino. Queridos hijos, decidiros por una nueva vida con el nombre de mi Hijo en vuestros labios. Gracias. ” (Mensaje, 2 de enero de 2009)
Coloquio
(Luego de considerar las lecturas y el Evangelio, somos invitados a un dialogo espiritual, con el corazón, con el Señor y su Madre Santísima)
Dios, Padre nuestro, gracias por Tu amor paternal — ese amor que arde en deseos por nosotros porque Tú nos creaste en Tu amor. Te damos gracias por Jesucristo, Tu Hijo, que se hizo hombre por nosotros y por el Corazón abierto de María que dijo: «Hágase Tu voluntad», en la Anunciación. En nombre de Tu Hijo y con María Te pedimos, oh Padre, danos la gracia de poder encontrarnos Contigo en la oración. Bendice a todas las personas que están heridas en su corazón y que por eso viven en el odio. Purifica sus corazones y llénalos de amor. Llena de amor los corazones de quienes están amargados y por eso blasfeman, haz que nuevas palabras nazcan en sus corazones. (Fr. Slavko Barbaric, 29 de Marzo de 1999)
Comunión Espiritual
“Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)