Examinemos con frecuencia nuestra conciencia

Examinemos con frecuencia nuestra conciencia

31 de julio de 2025 0 Por Gospa Chile

Antes de una verdadera y buena Confesión, un buen examen de conciencia.


En el Catecismo, la Iglesia nos propone cuatro pasos para una buena confesión:

1) Examen de conciencia

El examen de conciencia consiste en reflexionar sobre aquellas acciones, pensamientos o palabras, que nos hayan podido alejar de Dios, ofender a los demás o dañarnos interiormente.

2) Contrición (o arrepentimiento), que incluye el propósito de no volver a pecar.

La contrición, o arrepentimiento, es un dolor del alma y un rechazo de nuestros pecados, que incluye la resolución de no volver a pecar. Es un don de Dios: por eso, si te parece que aún estás apegado al pecado –que, por ejemplo, no te ves con fuerzas de abandonar un vicio, perdonar a una persona o enmendar un daño causado–, pídele a Él que obre en tu corazón, para que rechaces el mal.

3) Confesión

Se suele decir que una buena confesión tiene que ser:

  1. Clara: señalar cuál fue la falta específica, sin añadir excusas.
  2. Concreta: decir el acto o pensamiento preciso, no usar frase genéricas.
  3. Concisa: evitar dar explicaciones o descripciones innecesarias.
  4. Completa: sin callar ningún pecado grave, venciendo la vergüenza.

4) Satisfacción (o cumplir la penitencia)

La satisfacción consiste en el cumplimiento de ciertos actos de penitencia (unas oraciones, alguna mortificación, etc.), que el confesor indica al penitente para reparar el daño causado por el pecado.

Es una ocasión también para dar gracias a Dios por el perdón recibido, y renovar el propósito de no volver a pecar.


Son estos cuatro pasos que damos para poder recibir el gran abrazo de amor que Dios nuestro Padre nos quiere dar con este sacramento: “Dios nos espera, como el padre de la parábola, extendidos los brazos, aunque no lo merezcamos. No importa nuestra deuda. Como en el caso de hijo pródigo, hace falta sólo que abramos el corazón”.
Ahora veamos algún buen examen de conciencia que nos ayude.


Examen de conciencia por mandamientos

1.- “Amarás a Dios sobre todas las cosas”
¿He negado o dudado deliberadamente alguna verdad de la fe? ¿He leído libros, revistas o periódicos contra la moral o la fe? ¿He pasado mucho tiempo sin rezar? ¿Me he desesperado hablando contra la Providencia? ¿Me he confesado sin arrepentimiento o sin propósito de enmienda? ¿He cometido sacrilegio callándome, a sabiendas, pecados mortales en confesión, por vergüenza? ¿He abandonado el deber de adquirir una mayor cultura religiosa? ¿Me he avergonzado de ser y mostrarme católico?.

2.- “No tomarás el nombre de Dios en vano”
¿He dicho blasfemias o palabras injuriosas contra Dios, los santos o cosas santas? ¿He jurado sin necesidad o por mala costumbre? ¿He dejado de cumplir algún voto o promesa grave? ¿He dicho chistes irreligiosos? ¿Me he burlado de las personas buenas por el simple hecho de ser buenas? ¿He tenido falta de respeto dentro del templo?

3.- “Santificarás las fiestas”
¿He faltado los domingos o días festivos a Misa? ¿Me he distraído voluntariamente en Misa? ¿He llegado tarde? ¿He impedido a otros ir a Misa? ¿He trabajado en día de fiesta sin necesidad o hecho que otros trabajen? ¿Perteneces a sociedades prohibidas (masonería, comunismo…)? ¿He cumplido con el mandamiento de comulgar, al menos, por Pascua de Resurrección? ¿Dedico parte de mi tiempo libre en obras de caridad o apostolado?.

4.- “Honrarás a tu padre y a tu madre”
HIJOS: ¿He desobedecido a mis padres en cosas justas: no trabajando o estudiando cuando me lo mandaban, llegando tarde a mis obligaciones, andando con malos compañeros, no apartándome de espectáculos y diversiones malas? ¿Los he tratado con dureza, faltándoles al respeto de palabra o de obra? ¿Me he avergonzado de mis padres ante los demás? ¿Los socorro en sus necesidades? ¿He reñido con mis hermanos? ¿Les he dado mal ejemplo? ¿Me he dejado llevar de la envidia si se destacaban en algo más que yo? ¿He sido causa de que se rompa la paz familiar? ¿Les he ayudado en lo que necesitaban, tanto material como espiritualmente? En caso de haber muerto, ¿me acuerdo de rezar por ellos y ofrecer alguna misa por su alma?.

PADRES: ¿Educo a mis hijos convenientemente en la religión y en las buenas costumbres? ¿Los corrijo con cólera o injustamente? ¿Les atiendo en lo que necesitan de vestido y comida? ¿Los maltrato o les deseo algún mal? ¿Los tengo demasiado mimados? ¿Permito que anden ociosos o vagos? ¿Permites que tus hijas se vistan indecentemente o que frecuenten diversiones peligrosas: bailes inmodestos, compañías dañinas, novios de diversión…? ¿Los esposos entre sí, se tratan amable y cariñosamente? ¿Discuten o riñen? ¿delante de los hijos? ¿Se maltratan entre sí, física o verbalmente? ¿Malgastas el dinero en vanidades y vicios?

5.- “No matarás”
¿He hecho daño de palabra o de obra a otros? ¿Se lo he deseado de corazón? ¿Tengo odio o rencor a alguien? ¿He hecho algo contra mi propia vida o mi salud? ¿Me he emborrachado? ¿He tomado droga o deseado tomarla? ¿He mantenido opiniones a favor del aborto, crimen abominable? ¿He participado en un aborto, eutanasia, crimen de algún tipo? ¿Me he vengado de alguien o tenido deseos de venganza? ¿Me he entristecido de que a otros les vaya bien o me he alegrado de que les vaya mal? ¿He tenido paciencia con las flaquezas del prójimo? ¿Me he dejado llevar por la vanagloria o la vanidad? ¿He negado el perdón a alguien? ¿Tengo mal genio y riño sin motivo? ¿He dado a alguien un disgusto grave sin razón?.

6 y 9.- “No cometerás actos impuros” y “No consentirás pensamientos ni deseos impuros”.
¿Me he deleitado en pensamientos y deseos impuros? ¿He mirado, leído o hablado cosas deshonestas? ¿He contado chistes o cantado canciones deshonestas? ¿He mantenido conversaciones indecentes? ¿He tenido alguna acción deshonesta conmigo mismo o con otros? ¿Había alguna circunstancia que agravase dicha acción: parentesco, matrimonio, consagración a Dios, menor de edad…? ¿Mantengo amistades que son ocasión de pecado en esta materia? ¿He bailado con intención deshonesta? ¿He hecho gestos deshonestos? ¿He procurado rechazar desde el principio cualquier pensamiento o deseo deshonesto? ¿He dicho palabras groseras o malsonantes? ¿He caído en la pornografía, contemplando imágenes, escuchando conversaciones impuras, asistiendo a actos inmorales? ¿He invitado a otros también a participar de estos actos o mirar imagenes indecentes? En el noviazgo: ¿me acerco con más frecuencia a los sacramentos de la Penitencia y de la Comunión para tener más gracia de Dios? ¿Me está alejando de Dios esa relación? ¿Mantengo esta relacción sólo por pasatiempo y diversión? ¿Engaño a mi novio/a para que no me conozca realmente como soy? ¿He tenido deseos deshonestos aunque no los haya llevado a cabo?.

7 y 10.- “No robarás” y “No codiciarás los bienes ajenos”
¿He robado algo? ¿Con violencia o a una persona pobre o en un lugar sagrado o con alguna otra condición agravante? ¿He restituido lo robado pudiendo hacerlo? ¿He comprado o vendido algo sabiendo que son objetos robados? ¿He jugado cantidades grandes de dinero? ¿He hecho trampas en el juego? ¿Derrocho el dinero? ¿He cooperado con robos ajenos? ¿Retengo lo ajeno contra la voluntad de su dueño? ¿Tengo codicia excesiva, envidia a los ricos, me quejo a Dios por no tener más riqueza? ¿Llevo con sentido cristiano la carencia de cosas necesarias? ¿Ayudo a la Iglesia en sus necesidades? ¿Doy limosna de acuerdo a mis ingresos? ¿He usado bien mi tiempo, mis fuerzas, los dones que Dios me dio? ¿Los he puesto al servicio del prójimo? ¿Me he dejado llevar de la pereza y la ociosidad?.

8.- “No dirás falsos testimonios ni mentirás”
¿He mentido con perjuicio grave para mi prójimo? ¿He murmurado? ¿He oído murmurar con gusto? ¿He defendido la fama del prójimo, pudiendo? ¿He descubierto, sin causa justa, defectos graves de otras personas? ¿He abierto o leído correspondencia ajena que sus dueños no querían que se leyera? ¿He escuchado conversaciones contra la voluntad de los que las mantenían? ¿He ido con chismes de unos a otros? ¿He exagerado los defectos de otros? ¿He ridiculizado al prójimo? ¿He calumniado? ¿He juzgado mal del prójimo sin suficiente motivo?.


Mensaje, 25 de noviembre de 1998

“¡Queridos hijos! Hoy los invito a prepararse para la venida de Jesús. De manera especial preparen sus corazones. Que la Santa Confesión sea para ustedes el primer acto de conversión, y entonces, queridos hijos, decídanse por la santidad. Que vuestra conversión y decisión por la santidad empiece hoy y no mañana. Hijitos, yo los invito a todos al camino de la salvación y deseo mostrarles el camino hacia el Paraíso. Por tanto, hijitos, háganse míos y conmigo, decídanse por la santidad. Hijitos, acepten con seriedad la oración y oren, oren, oren. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”