La historia de Ania Goledzinowska

La historia de Ania Goledzinowska

27 de julio de 2025 0 Por Gospa Chile

Ania ha sufrido una experiencia extrema: una posesión demoníaca

Un testimonio que llega a lo más profundo del alma y se eleva a la luz de la fe.


Exmodelo, figura del chisme italiano y conocida por su vinculación con círculos políticos y sociales, Ania ha sufrido una experiencia extrema: una posesión demoníaca. Tras años de silencio y sufrimiento, ahora comparte su historia con valentía y claridad. No busca el sensacionalismo, sino ofrecer una profunda comprensión de la lucha entre el bien y el mal, la fragilidad humana y el poder de la oración.

El descenso a las tinieblas

Durante años en el centro de atención, Ania Goledzinowska fue figura central de las columnas de chismes , especialmente por su relación con Paolo Enrico Beretta, sobrino de Silvio Berlusconi. Tras su apariencia dorada se escondía un profundo vacío, y tras el escándalo del » bunga bunga «, su vida se desplomó. «El mal existe aunque no lo veas», dice hoy. Racional y distante de la religión, comenzó a sufrir dolencias físicas y mentales, hasta el punto de usar gestos y palabras que no reconocía como propios. Se sentía asfixiada en un mundo de apariencias impuestas y silencios.

Así que decidió huir. El encuentro con el padre Cipriano De Meo , exorcista vinculado al Padre Pío, fue decisivo. La experiencia fue dramática: ante la primera imposición de manos, su cabeza giró 180 grados y se abalanzó sobre el sacerdote con una fuerza inexplicable. A partir de ese momento, comenzaron los exorcismos semanales , documentados en audio y video. Otros sacerdotes se hicieron cargo de su caso, entre ellos el padre Gabriele Amorth y el padre Antonio Mattatelli . A diferencia de muchas otras personas en estado de posesión, Ania lo recuerda todo: «Desafortunadamente, lo recuerdo todo», dice.

El camino hacia la liberación

Durante el período más difícil, Ania encontró refugio en Medjugorje, viviendo con las monjas y regresando a Italia cada semana para exorcismos. A pesar de la muerte de la hermana de su pareja y del fin de su relación con Paolo Enrico, el respeto entre ellos perduró. Sin embargo, la soledad regresó: un nuevo matrimonio fallido y una vida modesta en Milán, compartiendo casa con otras siete personas.

Cortó vínculos con el mundo de la televisión, salvo por algunas reuniones con Paolo Brosio. « Era ese ambiente el que me hacía sentir mal », confiesa. Solo con el tiempo comprendió que lo que realmente le faltaba era espiritualidad. Hoy ha encontrado una nueva serenidad: vive en un pueblo costero, trabaja como asesora de imagen y técnica de color, y comparte su experiencia en congresos y universidades pontificias. « Me he recuperado de la posesión », dice con orgullo, dando testimonio de una fe redescubierta y una vida renovada.

Por Gianluca Di Marcantonio – Medjugorje Italia