La porción de agua en el vino
En la preparación de las ofrendas, el celebrante o el diácono, luego de disponer la forma (hostia) en la patena sobre el corporal, derrama unas gotas de agua en el vino recién vertido en el cáliz.
La mezcla de agua y vino durante la Misa es un acto simbólico que representa la unión de las naturalezas divina y humana de Cristo.
Estas son las principales razones de esta práctica:
Simbolismo de la Encarnación de Cristo:
El agua representa la humanidad y el vino representa la divinidad.
Mezclando ambos, la Iglesia simboliza la Encarnación de Cristo, donde Dios se hizo hombre.
Referencia a la Pasión de Cristo:
La mezcla de agua y vino recuerda la sangre y el agua que fluyeron del costado de Cristo durante su crucifixión (Juan 19:34).
Práctica cristiana primitiva:
Esta práctica se remonta a la Iglesia primitiva y era una costumbre común en la antigüedad.
Significado Eucarístico:
Significa la unidad de todos los creyentes en Cristo, así como el agua y el vino están unidos.
Esta práctica es una parte hermosa y significativa de la Misa católica, que nos recuerda el profundo misterio de la Eucaristía.
El milagro de Caná, descrito en el Evangelio de Juan, es el primer milagro público de Jesús. Durante una fiesta de bodas, cuando se acabó el vino, María, la madre de Jesús, se acercó a Él con el problema. Jesús respondió convirtiendo el agua en vino, un milagro que puso de manifiesto su poder divino. Este acontecimiento no solo resolvió un problema inmediato, sino que también reveló la gloria y la naturaleza divina de Jesús a sus discípulos.
El pasaje bíblico sobre Jesús convirtiendo el agua en vino se encuentra en Juan 2:1-11:
El escenario Jesús y sus discípulos son invitados a una boda en Caná, Galilea, donde también está presente su madre.
El acontecimiento Cuando se acaba el vino, la madre de Jesús le dice: «No tienen vino».
La acción de Jesús Jesús ordena a los sirvientes que llenen seis tinajas de piedra con agua, lo cual hacen hasta el borde. Luego les ordena que saquen un poco y se lo lleven al maestresala.
El resultado El maestresala prueba el agua y se sorprende al ver que se ha convertido en vino. Llama al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino mejor y luego, cuando los invitados ya han bebido demasiado, el vino más barato; pero tú has guardado lo mejor hasta ahora».
Este milagro fue el primero de Jesús y simboliza:
La abundancia y bendición que vienen de una relación con Jesús
La transformación de los rituales humanos en sacrificios divinos
El poder transformador del ministerio de Jesús
Jesús usa la palabra griega sēmeion, o “señal”, para describir estos milagros, que pretenden demostrar que él es Dios.
Las dos naturalezas de Cristo ofrecidas en la Cruz
El arzobispo emérito de Toulouse, Robert Le Gall, explica en su Diccionario de liturgia que la introducción de agua en el vino es, ante todo, un gesto muy práctico que tiene su origen en la liturgia judía . En los días festivos, el vino —a menudo muy fuerte en aquellas tierras áridas y soleadas— se diluye antes de beberlo. El origen de esta práctica es un recordatorio de que la institución de la Eucaristía tiene sus raíces en las comidas festivas del pueblo de Israel.
Más allá del simbolismo que hemos evocado antes, que es la unión de la humanidad de Cristo con su divinidad, la copa simboliza también la unión de las dos naturalezas (humana y divina) en la persona de Cristo. Durante su ofrenda en la cruz, sus dos naturalezas se entregan verdaderamente por amor. Este amor ya se manifestó en el Gólgota con el agua y la sangre que brotaron del costado traspasado, y que también están simbolizadas en el cáliz lleno de vino al que el ministro añade un chorrito de agua.