
Mi Madre y mis Hermanos. Martes XXV
«Yo oraré por ustedes e intercederé por ustedes ante Dios, para que puedan comprender la grandeza de este regalo que Dios me concede, de poder estar con ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado!” (Mensaje, 25 de abril de 1990)
Oración al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
Santo Evangelio
Evangelio según san Lucas 8, 19-21
La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte”. Pero Él les respondió: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.
Meditación:
(Iluminados por la Patrística, los Santos y el Magisterio, buscamos profundizar el misterio del Señor y reconocer sus mociones en nuestra alma)
Primer Punto: El Maestro moral, que se ofrece como ejemplo a los demás, había de mandar a todos que abandonasen a su padre y a su madre, porque en caso contrario no serían dignos de llamarse hijos de Dios. El se sujetó primero a esta sentencia, no menospreciando el respeto debido a la madre, porque suyo es este precepto: El que no honrare a su padre y a su madre será castigado de muerte (Ex 21,15). Lo hizo porque sabe que debe más a los misterios del Padre que a los afectos de la Madre. Tampoco rechaza con injuria a los padres, sino que enseña que el vínculo de las almas es más sagrado que el de los cuerpos. No niega que sea su Madre (como algunos herejes pretenden), a quien también conoció desde la cruz, sino que da la preferencia a los mandatos del cielo sobre los vínculos de la carne. (San Ambrosio)
Segundo Punto: En sentido místico, el que busca a Cristo no debe estar fuera. Porque se dice: «Acercaos a El y seréis iluminados» ( Sal 33,6). Si están fuera, ni aun los mismos parientes son reconocidos; y acaso no son reconocidos para nuestro ejemplo. ¿Cómo, pues, seremos nosotros reconocidos por El, si estamos fuera? También se puede entender por parientes a los judíos, de quienes procedía Jesucristo según la carne, y que la Iglesia debe ser preferida a la sinagoga. (San Ambrosio)
Tercer Punto: Enseñando El dentro, los que vienen no pueden entrar, menospreciando el sentido espiritual de sus palabras. Precediéndoles la turba, entró en la casa, porque, mostrándose indiferente la Judea, la gentilidad afluyó en tropel a Jesucristo. Los que están fuera quieren ver a Jesucristo, no buscando el sentido espiritual, sino deteniéndose fuera a guardar la letra y como obligando a Cristo a salir para enseñarles cosas carnales, más bien que consentir en entrar a aprender las espirituales. (San Beda)
Mensaje
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a tomar en serio los mensajes que Yo les doy y a vivirlos. Yo estoy con ustedes, queridos hijos, y deseo que cada uno de ustedes esté cada vez más cerca de mi corazón. Por eso, mis queridos hijos, oren y busquen la voluntad de Dios en su vida cotidiana. Yo deseo que cada uno de ustedes descubra el camino de la santidad y que crezca en ella hasta la eternidad. Yo oraré por ustedes e intercederé por ustedes ante Dios, para que puedan comprender la grandeza de este regalo que Dios me concede, de poder estar con ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado!” (Mensaje, 25 de abril de 1990)
Coloquio
(Luego de considerar las lecturas y el Evangelio, somos invitados a un dialogo espiritual, con el corazón, con el Señor y su Madre Santísima)
Dios, Padrenuestro, Te damos gracias por haber concedido este tiempo a María y que Ella, con Tu permiso, oh Padre, nos conduzca y nos instruya. Te damos gracias por todas esas personas que, a través de estos mensajes, Te han abierto su corazón. Te damos gracias y Te alabamos por todas las personas que durante este tiempo recorren el camino de la santidad Contigo. Por favor bendice a todos los que han encontrado la paz interior a través de los mensajes de Medjugorje. Envía Tu Espíritu Santo a nuestros corazones, para que podamos llegar a comprender esta gracia y podamos vivir cada palabra que Tú nos has dicho a través de María. Danos la gracia de poder renovar la oración y que sea un gozo para nosotros. Por favor, perdónanos también por cada vez que hemos orado sólo por motivos egoístas. Danos la gracia de primeramente buscarte a Ti en la oración, porque Tú nos amas. (Fra. Slavko , Medjugorje, Medjugorje, Agosto 29 de 1997)
Comunión Espiritual
“Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)