
Salió el sembrador. Sábado XXIV
«Yo agradezco particularmente a los jóvenes los sacrificios que han ofrecido! Gracias por haber respondido a mi llamado! ” (Mensaje 5 de septiembre de 1985)
Oración al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
Santo Evangelio
Evangelio según san Lucas 8, 4-15
En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo.
Entonces les dijo esta parábola: «Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y, al crecer, dio fruto al ciento por uno.»
Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Entonces le preguntaron los discípulos: «¿Qué significa esa parábola?»
Él les respondió: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. El sentido de la parábola es éste: La semilla es la palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero, con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. Los de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando.»
Meditación:
(Iluminados por la Patrística, los Santos y el Magisterio, buscamos profundizar el misterio del Señor y reconocer sus mociones en nuestra alma)
Primer Punto: Son tierra rica y fértil las almas humildes y buenas, que en su humildad reciben la semilla de la palabra, la conservan y la hacen fructificar. Y en cuanto a esto se dice: «Y otra cayó en buena tierra, nació y dio fruto de ciento por uno». Cuando se introduce la palabra divina en una inteligencia limpia de los cuidados mundanos, echa raíces profundas, produce espigas y crece oportunamente. (San Cirilo)
Segundo Punto: hay dos grados entre aquellos que reciben la divina semilla. El primero se compone de aquellos que se hicieron dignos de la vocación del cielo, pero que pierden la gracia por negligencia y tibieza. El segundo se compone de aquellos que multiplican la semilla por medio de buenos frutos. Además San Mateo establece tres diferencias en cada uno de estos grados. Porque aquellos que sofocan la semilla no tienen igual modo de perderla y los que fructifican con ella, no reciben la misma abundancia. Por esto da a conocer las ocasiones en que se pierde la semilla. Los unos, sin haber pecado, pierden la semilla saludable que hay en sus almas, sustraída a su atención y a su memoria por los espíritus malignos y por los demonios que vuelan en el aire, o por los hombres engañosos y astutos, que llamó volátiles. Por esto añade: «Y cuando sembraba, una parte cayó junto al camino». (Eusebio)
Tercer Punto: Así como las espinas no permiten que nazca la semilla, sino que la sofocan por su espesor, así los cuidados de la vida presente, no permiten que fructifique la semilla espiritual. Reprensible sería el labrador que sembrase sobre espinas punzantes, sobre piedras y en el camino. Porque no es posible que la piedra se haga tierra, ni que el camino deje de ser camino, ni que las espinas dejen de ser espinas. Al contrario, no sucede lo mismo en las cosas espirituales, pues es posible que la piedra se convierta en tierra rica, que el camino no se pise y que las espinas desaparezcan. (San Juan Crisóstomo)
Mensaje
“¡Queridos hijos! Hoy les agradezco todas las oraciones que han hecho. Continúen orando todavía y siempre más, de modo que Satanás se aleje de este lugar. Queridos hijos, el plan de Satanás ha fracasado! Oren para que se realice todo lo que Dios se propone cumplir en esta parroquia. Yo agradezco particularmente a los jóvenes los sacrificios que han ofrecido! Gracias por haber respondido a mi llamado! ” (Mensaje 5 de septiembre de 1985)
Coloquio
(Luego de considerar las lecturas y el Evangelio, somos invitados a un dialogo espiritual, con el corazón, con el Señor y su Madre Santísima)
Dios, Padrenuestro, hoy Te damos gracias por habernos enviado a Tu Hijo que es sólo bien. Te damos gracias por María, Tu humilde sierva, que Te dio a Ti, nuestro Padre, el primer lugar en su corazón. Te damos gracias por cada alegría y por todo el gozo que nos has dado en estos tiempos al enviarnos a Tu Hijo. Danos, oh Padre, la gracia de saber meditar y reflexionar. Líbranos de todo lo que nos impide entrar en la profundidad, allí donde podemos encontrarnos Contigo. Libéranos de cualquier posible superficialidad para que podamos permanecer en paz y llevar la paz a los demás. Padre, libéranos de cualquier cosa que haya tomado el primer lugar en nuestra vida y que Te impide ocupar ese primer lugar. Padre, sana nuestras relaciones para que podamos ser curados y lleguemos a ser santos. Danos el amor unos por otros, Te lo suplicamos, y sana las relaciones heridas en las familias para que todo esposo pueda decirle a su esposa: ‘Te deseo el bien’, que toda esposa pueda decirle a su esposo: ‘Te deseo el bien’, que los padres unidos puedan decir eso mismo a sus hijos y que éstos a su vez sean capaces de responder. Que el bien tenga espacio en las familias, para que todas las familias, por Jesucristo, Tu Hijo, puedan vivir en paz y en el bien. (Fray Slavko , Medjugorje, Diciembre 27 de 1997)
Comunión Espiritual
“Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)