SANCTA MARÍA MATER DEI, Novena día 2
El deseo de virginidad de María
«María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» Lucas 1:34
Oración
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las plegarias que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Reflexión
Mucho antes de que el Ángel Gabriel diera a María el mensaje de que Dios la había elegido para ser la madre de su Hijo, ella había decidido entregarse entera y exclusivamente a través del don de la virginidad perpetua.
María sabía que Dios había establecido una Alianza – un lazo familiar- con el Pueblo de Israel en el Monte Sinaí. El Señor se había mantenido el a las promesas de la Alianza, pero Israel había violado esa fidelidad. Con sus repetidas desobediencias a los Mandamientos de Dios, Israel demostró ser una esposa adúltera. María, consciente de la historia de su pueblo y dolida por las infidelidades narradas por los Profetas, anhelaba vivir amando a Dios como su esposa fiel para reparar los pecados de su pueblo.
A continuación, la descripción del Papa Juan Pablo II del deseo de María de permanecer virgen toda su vida:
Ella misma deseaba encarnar en sí la imagen de la esposa completamente fiel y plenamente entregada al Espíritu divino y, por eso, se convierte en el comienzo del nuevo Israel, es decir, del pueblo querido por el Dios de la alianza en su corazón de esposo. María no usa, ni en el diálogo ni en el cántico, términos de la analogía nupcial, pero hace mucho más: confirma y consolida una consagración que ya está viviendo y que resulta su condición habitual de vida. En efecto, replica al Ángel de la anunciación: «No conozco varón» (Lc 1, 34). Es como si dijera: soy virgen consagrada a Dios y no quiero abandonar a este Esposo, porque creo que no lo quiere él, tan celoso de Israel, tan severo con quien lo ha traicionado, tan insistente en su misericordiosa llamada a la reconciliación. María es consciente de la infidelidad de su pueblo y quiere ser una esposa fiel al Esposo divino, tan amado.
Dios envió al Ángel Gabriel a la ciudad de Nazaret a decirle a María que había aceptado su deseo de pertenecerle exclusivamente a él y que, de hecho, él había puesto en ella ese deseo. El deseo de María de permanecer virgen era, en realidad, una respuesta al amor fiel de Dios hacia ella. El Ángel le anuncia a María que ella concebiría al hijo de Dios en su virginidad a través del poder del Espíritu Santo que vendría sobre ella y la cubriría con su sombra. Ella se convierte entonces en virgen, esposa y madre simultáneamente. La elección libre de María de permanecer virgen fue lo que posibilitó su pertenencia completa a Cristo como su madre y a cada uno de nosotros como nuestra madre amorosa. La Santísima Virgen María fue testigo de que el precioso valor de la virginidad existe siempre en orden al amor esponsal y la maternidad.
Oración
Dios Todopoderoso y Eterno, María se entregó a Ti sin reserva a través del don de su virginidad. Así como amó a Jesús con todo el corazón, sigue amando y sirviendo a todos sus hijos en la tierra. Por medio de su ejemplo, infunde en todos los miembros de tu Iglesia un aprecio más profundo del valor de la virginidad. Ayúdanos a comprender que la virginidad es el regalo perfecto que los esposos se entregan el uno al otro el día de su boda. Inspira a muchos jóvenes para que abracen una vida consagrada célibe o virgen en el sacerdocio o la vida religiosa. Enséñanos el significado de las palabras de tu Hijo: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5:8). Te lo pedimos por Cristo, Nuestro Señor. Amén.
Mensaje, 25 de diciembre de 1998
“¡Queridos hijos! En esta alegría navideña deseo bendecirlos con mi bendición. De manera especial, hijitos, les doy la bendición del Niño Jesús. Que El los llene de su paz. Hijitos, hoy no tienen paz, y la ansían. Por eso, en este día, con mi Hijo Jesús los invito: Oren, oren, oren, ya que sin oración no tienen ni alegría, ni paz, ni futuro. Ansíen la paz y búsquenla, porque Dios es la verdadera paz. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”
Comentario de Fray Slavko Barbaric (Diciembre 25, 1998)
Fuente: Medjugorje.ws
EN ESTE GOZO DE NAVIDAD, DESEO BENDECIRLOS CON MI BENDICION…
DE UN MODO ESPECIAL … LES DOY LA BENDICION DEL NIÑO JESUS…
«Cuando Dios nos bendice, sabemos que El nos ama y que está con nosotros. Cuando María nos trae la bendición de Dios, nos está dando lo mismo que Dios nos da a través de Su bendición. Cuando nosotros bendecimos, establecemos de nuevo esa relación que se perdió en el Paraíso a causa del pecado. Cuando Dios creó al hombre, tuvo una relación de amistad con él, a quien le había dado todo porque era «bendito»; pero el hombre pecó al actuar en desobediencia a Dios y de ese modo perdió Su amistad. Perdió esta bendición y Dios dijo a la serpiente –que es Satanás– que sería «maldita», pero los efectos del pecado, la maldición, también recayeron sobre el hombre. Perdió la amistad con Dios y tuvo que abandonar el Paraíso. Surgió una mala relación, una relación adversa entre el hombre y Dios, entre el hombre con el hombre, pero también entre el hombre y la naturaleza, porque la naturaleza entera también se volvió contra el hombre…»