Ven Espíritu Santo. Jesús, lleno del Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo. Jesús, lleno del Espíritu Santo

8 de mayo de 2025 0 Por Gospa Chile

Taller sobre el Espíritu Santo para Gospa Chile

Es también, por la inhabitación, el dulce Huésped del alma, como dice el Veni, Creator.


N° 8 Jesús, lleno del Espíritu Santo

Cristo es el anunciado hombre lleno del Espíritu divino. «A Jesús de Nazaret le ungió Dios con Espíritu Santo y poder» (Hch 10,38). «En Cristo habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente» (Col 2,9). Así nos lo revela la Escritura en todos los misterios de su vida.

El Espíritu Santo y María

La fecundidad del Padre se expresa en la generación del Hijo, y la fecundidad del Padre y del Hijo en la procesión amorosa del Espíritu Santo. Pues bien, la fecundidad del Espíritu Santo se manifiesta a través de la Virgen María, en el gran misterio de la encarnación del Hijo. Es en ella, es precisamente en la Virgen María, donde el Espíritu Santo se revela plenamente como «Señor y dador de vida». Y esta manifestación la realiza no solamente en Jesús, sino, como veremos, en todo su Cuerpo místico.

Jesús, el Hijo encarnado

El ángel dijo a María: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios» (Lc 1,35). Y el ángel del Señor dijo a José: «José, hijo de David, no temas recibir en tu casa a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo» (Mt 1,20). Creemos, sí, «en un solo Señor Jesucristo, nacido del Padre antes de todos los siglos…, que por obra del Espíritu Santo, se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre».

Enseña Santo Tomás que «la Encarnación se atribuye de especial manera al Espíritu Santo» por tres razones:

[Espíritu-Amor] «La primera, porque el Espíritu Santo es personalmente el Amor del Padre y del Hijo; ahora bien, la encarnación del Hijo de Dios en el seno purísimo de la Virgen es por excelencia una obra de amor, pues el mismo Salvador dijo de sí en el Evangelio: «tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo Unigénito» (Jn 3,16).

[Espíritu-Don] «La segunda, porque así se nos da a entender que la naturaleza humana no fue asumida por el Verbo en unidad de Persona por mérito alguno de ella, sino por pura gracia.

[Espíritu-Santo] «La tercera, en fin, porque a esto se enderezaba la Encarnación: a que el hombre que era concebido en las entrañas de la Virgen fuese Santo e Hijo de Dios (Lc 1,35). Ahora bien, entrambas cosas se atribuyen al Espíritu Santo, que nos hace hijos de Dios y que es Espíritu de santificación (Rm 1,4)» (STh III,32,1; +León XIII, Divinum illud 6).