Comentario Padre Livio Fanzaga

Comentario Padre Livio Fanzaga

13 de diciembre de 2024 0 Por Gospa Chile

Al Mensaje del 25 de Noviembre

«En este tiempo de gracia debemos orar»


Mensaje, 25 de noviembre de 2024

“¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia de la espera, deseo invitarlos a la oración para que el Adviento sea la oración de la familia. De manera especial, hijitos, a quienes abrazo con ternura, los animo a la oración por la paz en el mundo, para que la paz prevalezca sobre la inquietud y el odio. Gracias por haber respondido a mi llamado.”


Queridos amigos, el mensaje de la Reina de la Paz del 25 de noviembre nos introduce en el tiempo de Adviento, porque es un camino hacia la Navidad. Ante todo, la Virgen nos invita a la oración, para buscar a Dios y encontrarlo. Sólo con la oración podemos purificar el corazón, para que pueda acoger al Niño Jesús, nuestra alegría y nuestra paz.

La paz es un don de Dios, que tiene su fuente en el corazón de cada uno. En este tiempo de gracia debemos orar y, en la oración, decidirnos a eliminar de nuestro corazón el mal que lo contamina, en particular el odio y los celos hacia los demás. Un corazón en paz es una bendición para las familias, porque las une en el perdón recíproco y las fortalece en las dificultades adversas.

De los corazones y de las familias se difunde la paz, como un río benéfico, en la sociedad y en el mundo entero, transformándolo en un oasis acogedor y fraterno. Pero esto sólo es posible si los corazones se abren para acoger a Jesús, el Rey de la paz.

«Sin Dios no hay paz», dice la Virgen. No se trata de un «dios» construido por los hombres, sino del Niño de Belén, el Verbo del Padre, que se hizo hombre en el seno de la Virgen María y nació mientras los ángeles del cielo cantaban «Paz en la tierra a los hombres que Dios ama». Sólo Él reconcilia a los hombres con Dios y los hace hermanos entre sí.

Pongámonos en camino con María hacia Belén, en la oración, en el silencio y en la gozosa espera del Niño Jesús, nuestro Salvador y nuestro Señor.

Tu Padre Livio