Novena todos los Santos y todos los Fieles Difuntos 1

Novena todos los Santos y todos los Fieles Difuntos 1

20 de octubre de 2024 0 Por Gospa Chile

Día 1
Existencia del Purgatorio 


 Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén

Ven Espíritu Santo por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María Santísima, Reina de la Paz… (Repetir 3 veces)


Letanías de los Santos

Señor, ten piedad. / Señor, ten piedad.Cristo, ten piedad. / Cristo, ten piedad.Señor, ten piedad. / Señor ,ten piedad.
Santa María, Madre de Dios,/ Ruega por nosotros.San Miguel,/ Ruega por nosotrosSantos ángeles de Dios,/ Rogad por nosotros.San Juan Bautista,/ Ruega por nosotros.San José,/ Ruega por nosotros.Santos Pedro y Pablo,/ Rogad por nosotros.San Andrés,/ Ruega por nosotros.San Juan,/ Ruega por nosotros.Santa María Magdalena,/ Ruega por nosotros.San Esteban,/ Ruega por nosotros.San Ignacio de Antioquía,/ Ruega por nosotros.San Lorenzo,/ Ruega por nosotros.Santas Perpetua y Felicidad,/ Rogad por nosotros.Santa Inés,/ Ruega por nosotros.San Gregorio,/ Ruega por nosotros.San Agustín,/ Ruega por nosotros.San Atanasio,/ Ruega por nosotros.San Basilio,/ Ruega por nosotros.San Martín,/ Ruega por nosotros.San Benito,/ Ruega por nosotros.Santos Francisco y Domingo,/ Rogad por nosotros.San Francisco Javier,/ Ruega por nosotros.San Juan María Vianney,/ Ruega por nosotros.Santa Catalina de Siena,/ Ruega por nosotros.Santa Teresa de Avila,/ Ruega por nosotros.San Raimundo de Peñarfort,/ Ruega por nosotros.Santos y Santas de Dios,/ Rogad por nosotros.
Muéstrate propicio,/ Líbranos, Señor.De todo mal,/ Líbranos, Señor.De todo pecado,/ Líbranos, Señor.De la muerte eterna,/ Líbranos, Señor.Por tu encarnación,/ Líbranos, Señor.Por tu muerte y resurrección,/ Líbranos, Señor.Por el envío del Espíritu Santo,/ Líbranos, Señor.
Nosotros, que somos pecadores,/ Te rogamos, óyenos.Jesús, Hijo de Dios vivo,/ Te rogamos, óyenosCristo, óyenos/ Cristo, óyenos.Cristo, escúchanos./ Cristo, escúchanos.


Acto de contrición 

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí. Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido. Y propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén. 


Oración al Padre Eterno 

Padre celestial, Padre amorosísimo, que para salvar las Almas quisiste que tu Hijo unigénito, tomando carne humana en las entrañas de una Virgen purísima, se sujetase a la vida más pobre y mortificada, y derramase su Sangre en la cruz por nuestro amor: Compadécete, de las benditas almas del Purgatorio y líbralas de sus horrorosas llamas. Compadécete también de la mía, y líbrala de la esclavitud del vicio. Y si tu Justicia divina pide satisfacción por las culpas cometidas, yo te ofrezco todas las obras buenas que haga en este Novenario. De ningún valor son, es verdad; pero yo las uno con los méritos infinitos de tu Hijo divino, con los dolores de su Madre santísima, y con las virtudes heroicas de cuantos justos han existido en la tierra. Míranos, vivos y difuntos, con compasión, y haz que celebremos un día tus misericordias en el eterno descanso de la gloria. Amén. 


MEDITACIÓN 

Existencia del Purgatorio 

Punto Primero. – Es un artículo de fe que las almas de los que mueren con alguna culpa venial, o sin haber satisfecho plenamente a la Justicia divina por los pecados ya perdonados, están detenidas en un lugar de expiación que llamamos Purgatorio. Así lo enseña la santa Madre Iglesia, columna infalible de la verdad: así lo confirma la más antigua y constante tradición de todos los siglos; así lo aseguran unánimemente los santos Padres griegos y latinos, Tertuliano, San Cirilo, San Cipriano, San Juan Crisóstomo, San Ambrosio, San Agustín, y tantos otros; así lo han definido los sagrados Concilios de Roma, de Cartago, de Florencia, de Letrán y de Trento, dirigidos por el Espíritu Santo. Y aunque la Iglesia no lo enseñase así ¿no lo dice bastante la razón natural?

Supongamos que sale de este mundo un alma con algún pecado venial; ¿qué hará Dios de ella? ¿La arrojará al infierno, y siendo su hija y esposa amadísima la confundirá con los réprobos y espíritus infernales? Eso repugna a la Justicia y Bondad divinas. ¿La introducirá en el cielo? Eso se opone igualmente a la santidad y pureza infinita del Creador; pues sólo aquel cuyas manos son inocentes, y cuyo corazón está limpio, subirá al monte del Señor. Nada manchado puede entrar en aquel reino purísimo. ¿Qué hará, pues, Dios de aquella alma? Ya nos lo dice por Malaquías: La pondré como en un crisol, esto es, en un lugar de penas y tormentos, de donde no saldrá hasta que haya plenamente satisfecho a la Justicia divina.

¿Crees tú esto, cristiano? Creas o no creas, te burles o no te burles de ello, la cosa es, y será así. Negar el Purgatorio, sólo poner en duda deliberadamente su existencia, es ya pecado grave. ¿Crees tú esta verdad, y con esa indiferencia miras tan horribles penas? ¿Crees en el Purgatorio, y con tus culpas sigues amontonando leña para arder en el más terrible fuego?

Medita un poco sobre lo dicho. 

Punto Segundo. – Es también un artículo de fe que nosotros podemos aliviar a aquellas almas afligidísimas. Sí; en virtud de la Comunión de los Santos, hay plena comunicación de bienes espirituales entre los Bienaventurados que triunfan en el cielo, los cristianos que militamos en la tierra, y las almas que sufren en el Purgatorio. En virtud de esta comunicación de bienes, podemos con mucha facilidad, y mérito nuestro, bajar al Purgatorio con nuestros sufragios, y a imitación de Jesucristo, después de su muerte, librar a aquellas almas, y alegrar al cielo con un nuevo grado de gloria accidental, procurando nuevos príncipes y moradores a aquella patria felicísima.

!Oh admirable disposición de la Sabiduría divina! ¡Oh, que dicha y felicidad la nuestra! Viéndose Dios obligado a castigar a aquellas sus hijas muy amadas, busca medianeros que intercedan por ellas, a fin de conciliar así el rigor de la Justicia con la ternura de Misericordia infinita. Y nosotros somos estos dichosos medianeros y corredentores; de nosotros depende la suerte de aquellas pobres almas.

Haz, pues, cristiano, con fervor este santo novenario. No faltes a él ningún día; ¿quién sabe si abrirás el cielo a alguno de tus parientes y amigos ya difuntos? ¿Y serás tan duro e insensible que le niegues este pequeño sacrificio, pudiéndoles hacer ese gran favor a tan poca costa? 

Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la gracia que deseas conseguir en esta novena.

ORACIÓN FINAL

Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.

Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio. Amén. 


Letanías por las almas

Señor, tened piedad de nosotros.

Jesucristo, tened piedad de nosotros.

Señor, tened piedad de nosotros.

Jesucristo, escuchadnos.

Jesucristo, escuchadnos.

Padre celestial que sois Dios, tened piedad de las almas del Purgatorio.

Hijo Redentor del mundo, que sois Dios, tened piedad de las almas del Purgatorio.

Espíritu Santo, que sois Dios, tened piedad de las almas del Purgatorio.

Santísima Trinidad, que sois un solo Dios, tened piedad de las almas del Purgatorio.

Santa María, rogad por las almas del Purgatorio.

Santa Madre de Dios, rogad por las almas del Purgatorio.

Virgen de las Vírgenes, rogad por las almas del Purgatorio.

San Miguel, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los Ángeles y Arcángeles, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los coros de Espíritus Benditos, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los santos Patriarcas y Profetas, rogad por las almas del Purgatorio.

San José, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los santos Apóstoles y Evangelistas, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los santos mártires, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los santos Pontífices y Confesores, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los santos doctores, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los santos Sacerdotes y Levitas, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los santos monjes y ermitaños, rogad por las almas del Purgatorio.

Todas las santas Vírgenes y Viudas, rogad por las almas del Purgatorio.

Todos los Santos de Dios, rogad por las almas del Purgatorio.

Sé favorable a ellos, perdonadlos, Señor.

Sé favorable a ellos, escuchadnos, oh Señor.

De todo mal, libradlos, Señor.

De Vuestra ira, libradlos, Señor.

De la severidad de Vuestra justicia, libradlos, oh Señor.

Del gusano roedor de la conciencia, libradlos, oh Señor.

De la espantosa oscuridad, libradlos, oh Señor.

De su llanto y gemido, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra encarnación, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra Santa Natividad, libradlos, oh Señor.

Por Vuestro dulcísimo Nombre, libradlos, oh Señor.

Por Vuestro bautismo y Vuestro santo ayuno, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra profunda humildad, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra gran obediencia, libradlos, oh Señor.

Por Vuestro infinito amor, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra angustia y Vuestros sufrimientos, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra sudor de sangre, libradlos, oh Señor.

Por Vuestros lazos y cadenas, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra corona de espinas, libradlos, oh Señor.

Por Vuestras santísimas llagas, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra Cruz y Vuestra Pasión, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra ignominiosa muerte, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra santa resurrección, libradlos, oh Señor.

Por Vuestra admirable Ascensión, libradlos, oh Señor.

Por la venida del Espíritu Santo, Consolador, libradlos, oh Señor.

Pecadores que somos, Os rogamos que nos escuchéis.

Vos que perdonasteis al pecador y escuchasteis al Buen Ladrón, Os rogamos que nos escuchéis.

Vos, que salváis por Vuestra gracia, Os rogamos que nos escuchéis.

Que Os plazca librar a nuestros parientes, amigos y benefactores de las llamas expiatorias, Os rogamos que nos escuchéis.

Que Os plazca librar a todos los fieles difuntos de sus sufrimientos, Os rogamos que nos escuchéis.

Que Os plazca tener piedad de los que no tienen intercesores particulares en este mundo, Os rogamos que nos escuchéis.

Que Os plazca ser misericordioso con todos y librarlos de sus penas, Os rogamos que nos escuchéis.

Que Os plazca conceder sus deseos, Os rogamos que nos escuchéis.

Que Os plazca admitirlos en el Cielo entre los elegidos, Os rogamos que nos escuchéis.

Cordero de Dios que quitáis los pecados del mundo, dadles el descanso eterno.

Cordero de Dios que quitáis los pecados del mundo, dadles el descanso eterno.

Cordero de Dios que quitáis los pecados del mundo, dadles el descanso eterno.

Jesucristo, escuchadnos.

Jesucristo, escuchadnos.

Señor, escuchad mi oración.

Y dejad que mi grito llegue a Vos.

Señor Jesús, tened piedad de las almas del purgatorio, por cuya salvación Os habéis dignado asumir nuestra naturaleza humana y sufrir la muerte más dolorosa.

Apiadaos de sus ardientes anhelos de veros, apiadaos de sus lágrimas de arrepentimiento y, por la virtud de Vuestra Pasión, perdonadles las penas que merecen sus ofensas.

Dulcísimo Jesús, que Vuestra Sangre descienda sobre estas queridas almas.

Que se acorte su tiempo de expiación y que pronto sean llamados a Vos en la felicidad eterna. Amén.


Los Videntes de Medjugorje fueron llevados al Purgatorio y esto es lo que vieron

Nuestra Señora llevó a los videntes de Medjugorje para que vieran el Purgatorio.

Este mismo lugar ha sido visitado por algunos de aquellos que han tenido experiencias cercanas a la muerte, (incluso que no son católicos).

En algún momento nos enteraremos que hay muchos niveles en la otra vida; de hecho, los niveles podrían ser infinitos de cada uno de estos tres lugares

Básicamente todo estaría dividido en 3 lugares:

El Cielo, donde se vive la vida eterna junto a Dios

El Purgatorio, que es un lugar de penas donde nos purificamos para pasar al Cielo

El Infierno, que es el lugar de castigo eterno del que nunca se podrá salir

Los videntes de Medjugorje fueron además llevados al Cielo y al Infierno, como pasó a muchos otros videntes, como los de Fátima y Kibeho entre otros.

En el Purgatorio vieron cosas sorprendentemente dolorosas.


EL SIGNIFICADO DEL PURGATORIO Y SUS NIVELES

Flegias entre las almas del purgatorio

De lo que sabemos del Purgatorio, el nivel más bajo es similar al fuego del infierno, el mismo nivel de dolor, pero tienen el conocimiento que finalmente alcanzarán el cielo. Mientras que no estamos en el infierno, estamos salvados.

Eso es porque una vez que morimos ya no hay libre albedrío, ya que no estamos en la tierra y por lo tanto no hay posibilidad de pecado. Tras la muerte, a todas las almas se da una idea de Dios y después de eso nunca considerarían ofenderlo.

El alma solamente anhela volver a verlo. Por eso que la mayor tortura en el purgatorio, se dice, es el deseo del Cielo.

Los niveles más bajos del Purgatorio pueden ser extremadamente graves. A través de revelaciones nos han informado que la soledad, la angustia y el dolor en partes del purgatorio son peores que cualquier cosa en la tierra. Que un minuto en los niveles más bajos es más difícil que toda una vida de dolor. En una palabra, es una cámara de penas.

Otros son torturados por los recuerdos. Ellos reviven cómo hicieron sentir a otros. Experimentan el odio que una vez dirigieron a los demás. Si disfrutaron de cosas sucias, se encuentran ahora en un lugar que está más allá de lo asqueroso. Si disfrutaron de la pornografía, pueden ahora encontrarse con un abrasador dolor en sus ojos.

Según las revelaciones de una monja del siglo XIX, un alma aquí está tan desesperada en busca de ayuda –por una misa, por una sola oración– como un hombre sediento de agua en un desierto.


Oración de Santa Gertrudis a la preciosa sangre de Jesús

“Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo, por todas las benditas ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.”

Oración de San Agustín

Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisiste nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla; desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre ladrones, como uno de ellos, dándote a beber hiel y vinagres y herido el costado con la lanza. Libra, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como has padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio de las penas en que están; llévalas a descansar a tu santísima Gloria, y sálvanos, por los méritos de tu sagrada Pasión y por tu muerte de cruz, de las penas del infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevaste al buen ladrón, que fue crucificado contigo, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.  Amén.


Dales, Señor el descanso eterno

y brille para ellas la Luz que no tiene fin. 

Que descansen en paz. Amén. 

Que las almas de todos los fieles difuntos,

por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén. 

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío. 

San José, ruega por nosotros.

María Reina de la Paz. Ruega por nosotros y la paz del mundo entero.