Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Evangelio y Meditación

Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Evangelio y Meditación

11 de junio de 2025 0 Por Gospa Chile

Oren para que se realice todo lo que Dios se propone cumplir en esta parroquia…

Evangelio Diario y Meditación

Oración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén

Santo Evangelio

Evangelio según san Lucas 22, 14-20
Llegada la Hora de pasar de este mundo a su Padre, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:
“He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios”.
Y tomando una copa, dio gracias y dijo: “Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios”.
Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Después de la cena, hizo lo mismo con la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes.”.

Meditación Patrística:

Primer Punto: Cuando el Señor estaba celebrando la nueva Pascua, dijo muy oportunamente: «Con deseo he deseado comer esta Pascua con vosotros», es decir el nuevo misterio del Nuevo Testamento, que ofrecía a sus discípulos. Esto es precisamente lo que tanto habían deseado los profetas y los santos. Y aun El mismo, ansiando la salvación de todos, les hacía donación de estos misterios, que tanto beneficio habían de reportar a toda la humanidad. La Pascua que ordenó Moisés, en cambio, estaba circunscrita a un solo lugar -a Jerusalén-, donde únicamente se celebraba. Y como no convenía a todas las gentes, no era deseada. (San Eusebio)

Segundo Punto: Así pues, el Señor se muestra a favor de la Pascua que se celebraba conforme a la Ley. Y enseñando que ésta había sido conveniente como figura de su entrega, prohíbe que en adelante se le dé un carácter material. Por ello sigue: «Porque os digo que no comeré más de ella hasta que sea cumplida en el reino de Dios»; es decir, nunca celebraré la Pascua según Moisés, hasta que en la Iglesia sea realizada en sentido espiritual. La Iglesia es el reino de Dios, como dice San Lucas: «El reino de Dios está entre vosotros» ( Lc 17,21). Pertenece también a la antigua Pascua que se proponía abolir lo que añade: «Y tomando el cáliz, dio gracias, y dijo: ‘Tomad, y distribuidlo entre vosotros'». Dio gracias porque habían pasado las figuras y empezaban a realizarse los nuevos misterios. (San Beda)

Tercer Punto: Acuérdate cuando te sientes a la mesa que debes orar después que hayas comido. Y no cargues el estómago de una manera desconsiderada -o come con sobriedad-, para poder postrarte sin dificultad y hacer oración. No nos acostemos inmediatamente después de comer, ya que antes debemos orar. Esto nos enseñó claramente Jesucristo, dándonos ejemplo de que después de comer no debemos tomar el descanso y el sueño, sino la oración y la lectura de los Libros Sagrados. Prosigue: «Porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios». (San Juan Crisóstomo)

Mensaje

“¡Queridos hijos! Hoy les agradezco todas las oraciones que han hecho. Continúen orando todavía y siempre más, de modo que Satanás se aleje de este lugar. Queridos hijos, el plan de Satanás ha fracasado! Oren para que se realice todo lo que Dios se propone cumplir en esta parroquia. Yo agradezco particularmente a los jóvenes los sacrificios que han ofrecido! Gracias por haber respondido a mi llamado! ” (Mensaje, 5 de septiembre de 1985)

Coloquio

“Por eso debemos pedir la gracia de poder permanecer cerca de Dios y que seamos salvados a fin de quedarnos con El toda la eternidad. A veces nos hacen la pregunta -y quizá a menudo como en broma- «¿Qué vamos a hacer en el Cielo?». En el Cielo, estaremos cerca de todos los que nos aman y de aquellos a quienes nosotros amamos y ésta es la respuesta a esta pregunta de qué vamos a hacer ahí — se ama y se es amado para siempre. Por eso es muy importante orar continuamente pidiendo que este anhelo por el Cielo permanezca en nosotros todo el tiempo y que nada en nuestro camino nos distraiga de ello.”
“Con María, la Reina de la Paz, Te pedimos la fortaleza de Tu Espíritu para poder dejar atrás todo lo que nos impide acercarnos a Ti, oh Padre. También Te pedimos que abras nuestros corazones para poder sentir el amor de María y siempre llevemos en nosotros el deseo de Ti y del Cielo, cooperando así en la tarea de la Salvación. Con María Te pedimos también por todos los que se han cansado, por los que han renunciado al deseo de la salvación, de Ti y del Cielo renazcan ahora por el poder de Tu Espíritu, a fin de que construyan sus vidas según Tu voluntad”. (Fr. Slavko Barbaric, 27 de Agosto, 1998)

Comunión Espiritual

“Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)