La devoción a las Siete Alegrías de María

La devoción a las Siete Alegrías de María

16 de mayo de 2024 0 Por Gospa Chile

San Francisco de Asís fue un santo rebosante de alegría cristiana y se complacía en comunicarlo.


Fue precisamente el hecho de comunicar esa alegría cristiana lo que hizo crecer su corazón. Además, no es de extrañar que esté al origen del belén y que su orden sea la propagadora de la festividad de la Visitación, fiesta gozosa.

Los franciscanos, hijos de san Francisco, fueron también los primeros en contemplar, meditar y difundir los gozos terrenales de María, los cuales reunieron en un ejercicio de piedad llamado “Rosario seráfico”, “Rosario de los gozos de María” o “Corona franciscana”.

Los gozos contemplados en el Rosario seráfico han variado a lo largo de los siglos, tanto en los misterios como en su número, para acabar estableciéndose en siete, al igual que los dolores de María: la Anunciación, la Visitación, la Natividad, la Adoración de los Magos, Jesús hallado en el Templo, la Resurrección y la Asunción.

Esta corona, usada particularmente entre los franciscanos, fue un gran éxito. Fue adoptada por las mentes ilustres, que la recomendaron por los frutos de santidad que su práctica producía en el pueblo de Dios. San Bernardino de Siena decía de él: «Por medio de la corona de los siete gozos, obtuve todas las gracias con que el cielo me ha colmado».

La alegría cristiana es un don que recibimos de Dios y que crece en nosotros a medida que el Evangelio entra en nuestra vida, a medida que volvemos a ser como niños pequeños. ¿No son los niños pequeños los más felices entre nosotros?

María reunió en sí misma todas las condiciones para estar constantemente colmada de un gozo santo, ese que nos hace felices, que es duradero, que distingue a los santos de quienes no lo son o de quienes no lo son suficiente.

Un Minuto con María

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