La oración con el corazón…

La oración con el corazón…

7 de octubre de 2024 0 Por Gospa Chile

No es el éxito de la voluntad, sino que es gracia, gratitud, humildad…

Padre Slavko: «Para ello necesitamos una gracia especial, que también se nos da en la oración…»


Mensaje, 25 de julio de 1999

“¡Queridos hijos! Hoy también me regocijo con ustedes y a todos los invito a la oración de corazón. Hijitos, los invito a que todos agradezcamos a Dios aquí conmigo por las gracias que les da a través de mí. Deseo que comprendan que aquí quiero crear no sólo un lugar de oración sino también de encuentro de corazones. Deseo que mi corazón, el de Jesús y vuestro corazón se fundan en un corazón de amor y de paz. Por tanto, hijitos, oren y alégrense por todo lo que Dios hace aquí, a pesar de que Satanás provoca pleitos e intranquilidad. Yo estoy con ustedes y los conduzco a todos por el camino del amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”


Comentario Padre Slavko:

En cada mensaje, María nos invita a la oración. No es la primera vez que nos invita a la oración con el corazón, y hay algo que debe destacarse. La oración con el corazón es la oración que hemos elegido hacer con amor, a la que le dedicamos un tiempo y un lugar y que luego comenzamos a hacer. Lo que ocurre en nuestro corazón, no está en nuestras manos, pero cuando encontramos el tiempo para la oración, lo demás -la oración con el corazón- viene sola. Esto es en realidad, la conexión constante entre el corazón del hombre y Dios Mismo. Para ello necesitamos una gracia especial, que también se nos da en la oración – la oración que salga o que sabemos hacer. La gratitud es un aspecto importante en los mensajes de María…

Ya hemos hablado sobre la gratitud en estas páginas. Si reunimos todo sobre la gratitud, podemos decir que una persona humilde puede decir «»gracias», ya que ve y reconoce a la otra persona y todo lo que ella tiene de bueno, aun cuando sea poco. Una persona orgullosa no puede agradecer porque es ciega y no ve a la otra persona y todo lo que ella tiene de bueno, además quiere que la otra persona lo sirva, pues es su obligación y por lo tanto debe hacerlo. Una persona humilde siempre sabe que todo lo que los demás hacen por él es en realidad una razón para estar agradecido, por que simplemente no están obligados a hacerlo. Entonces, el que agradece es libre. Con respecto a Dios, el que agradece, reconoce a Dios como Señor y Creador, fuente de todos los dones. Aquí en Medjugorje, tenemos una razón especial para estar agradecidos porque Dios, a través de María, comenzó con este fenómeno y también lo continúa. María quiere que abramos los ojos a lo que está ocurriendo aquí y que comencemos a agradecer a Dios. Pero también existe un peligro aquí en nuestra Parroquia y en los peregrinos que vienen con frecuencia: cuando damos por sentado que todo lo que aquí sucede es algo normal, entonces perderemos el espíritu de gratitud. Por ello la verdadera y mayor gracia es reconocer lo maravilloso de este suceso sencillo y diario, como creación de Dios.

María nos ha dado un lugar de oración, y la Iglesia lo reconoce como tal. La Iglesia ha visto que muchas personas vienen aquí a Medjugorje y que los Sacerdotes y los Obispos estamos obligados acompañar a todos ellos por el correcto camino de la oración. La Conferencia Episcopal de la ex Yugoslavia concluyó la reunión en Zadar el 11 de abril de 1991 diciendo: «Podemos afirmar sin exagerar que absolutamente todos los días desde el 25 de junio de 1981, día del comienzo de las apariciones, tuvimos peregrinos. A pesar de todos los problemas y dificultades, incluso la guerra, siempre tuvimos peregrinos o personas que vinieron bajo circunstancias extremadamente difíciles. Si a esto le agregamos las dificultades que debimos enfrentar provenientes de la jerarquía de la Iglesia, podemos decir que en estos 18 años y un mes María pudo crear un verdadero lugar de oración. Su deseo, como así el deseo de todas las personas que han experimentado aquí a Dios es que este pueblo crezca y dé buenos frutos renovando a la Iglesia por todo el mundo. Pero en este mensaje, María nos quiere hacer ver claramente algo por lo que ella está orando y desea…

Entonces el lugar de oración que María desea y efectivamente ha creado aquí es en realidad el lugar en donde se encuentran ambos corazones. Este encuentro se produce, sin lugar a dudas, en la Confesión, en la Santa Misa, en la Adoración y también arriba en las dos colinas – la Colina de las Apariciones y el Monte de la Cruz. ¿Cuántas personas han experimentado precisamente esto, aquí en el pueblo? Por ejemplo, hay una gracia especial cuando alguien se introduce en la paz, cuando simplemente siente que eso es una gracia. Y es cuando se producen Confesiones muy profundas que nuestros corazones se abren tan fácilmente. Muchos Confesores dan testimonio de esto, manifestando que nunca antes habían escuchado las Confesiones que escucharon aquí. Cuando un corazón que está en pecado se encuentra con un corazón que ama, se abre y desea liberarse y permanecer libre. Por eso, tenemos a Jesús y María delante nuestro, ya es una tradición Católica venerar el corazón de Jesús y María. Ellos están delante nuestro y quieren que nuestros corazones sean uno solo junto con el de Ellos. Nadie puede entender este ofrecimiento, que se nos dé la oportunidad de ser un solo corazón! Esta es pues nuestra tarea, en la que debemos trabajar. El primer paso a seguir es entregar con mucha humildad todo aquello que no está bien en nuestro corazón, con María a Jesús. El corazón es el símbolo de toda persona. Cuando uno dice que una persona tiene corazón, uno no está pensando en el órgano «corazón», sino en toda la bondad que tiene esa persona. Cuando uno dice que una persona no tiene corazón, uno no se refiere al órgano, sino más bien a que es una persona sin amor, sin fe, sin bondad o humildad. Pues bien, cuando María nos invita a que seamos uno, con su corazón y con el corazón de Jesús, y al hacerlo, nuestros corazones se convierten en corazones de amor y de paz, estamos pensando en todo lo nuestro como así también en todo lo de Jesús y María. Esta es una tarea muy grande y ciertamente debemos decidirnos a ser siempre cada vez más parecidos a Jesús y a María.

La alegría es otra de las razones para ver lo que Dios está haciendo aquí, y estar agradecidos por todo ello. La gratitud y la alegría están íntimamente ligadas.

Nuestra Señora habló sobre Satanás en muchos mensajes que pueden resumirse en los siguientes puntos. María nos dijo que Satanás existe, lo que significa que nadie puede dudar de su existencia. Dijo también que es fuerte y que trabaja sin descanso en contra de la paz y en contra de nuestra salvación. Pero María también nos dijo que debemos orar y que no debemos temer, en otra oportunidad nos dijo que debemos orar y amar, que todo se volverá hacia el bien. Otra vez dijo que no debemos trabajar junto con el demonio pecando. También nos dijo algo que es muy importante: que no debemos cerrar los ojos a la realidad en que vivimos, ya sea buena o mala, positiva o negativa porque también somos responsables de la realidad. Cuando uno ve las dos caras de la realidad, como María nos pide, nos decidiremos por lo bueno y agradeceremos lo bueno y de ese modo lucharemos contra todo lo que está mal. Pero todos estamos tentados a ver en primer lugar solamente la malo y quedarnos con eso. Cuando nos quedamos con lo malo, entonces no estamos mirando la fuente de todo bien que es Dios, sino miramos a Satanás. Veamos un ejemplo de esto en nuestra vida diaria. Cuando alguien ve un pozo delante de él en el camino, puede quedarse en ese pozo mirándolo y quejándose de las malas condiciones del camino. La otra posibilidad es que una vez que vea el pozo, mire a su alrededor para ver qué parte el camino está en mejores condiciones y siga por ese camino. La vida es exactamente igual para nosotros. Cuando vemos algo que no está bien en nosotros, en nuestras familias, en nuestra comunidad o en la Iglesia, no debemos pararnos y mirar lo que está mal, sino por el contrario, en ese preciso momento debemos volcarnos hacia Dios – Dios que es Luz, Amor y Paz. Cuando nos volcamos hacia El, también obtendremos más y seremos capaces de entregarle lo negativo, y El cambiará todo para bien. Esta es una tarea muy especial para todos los que pertenecemos a la escuela de María. En lugar de mirar constantemente aquello que es débil en nosotros y los que nos rodean, debemos entregar todo a Dios. Una vez que empecemos a hacer esto, Satanás perderá la batalla al final, triunfando el bien.

Una vez más y después de escuchar estas palabras, tenemos otra buena razón para meditar sobre todo lo que está ocurriendo aquí en Medjugorje. En su Encíclica MADRE DEL SALVADOR, el Papa habla sobre María diciendo que también es Ella una peregrina de estos tiempos – tiempos que él denomina Marianos – que se encuentra peregrinando con la Iglesia como su Madre y Maestra. María está experimentando su Segundo Adviento al querer prepararnos a todos para el Cumpleaños 2000 de Jesús. María está con nosotros, muy activamente cada día y su presencia, oraciones, bendiciones y mensajes son ayudas que Ella nos ofrece para conducirnos hacia el camino de Dios, del amor. Por eso, es muy importante en estos tiempos, que nos decidamos por el camino de María. Podemos meditar el mensaje que nos dio María: «Hagan lo que les digo, no se arrepentirán». Por último los invito a todos a que oremos …

Dios, Padre nuestro, Te damos gracias por ser nuestro Padre bueno y en nombre de Tu Hijo Jesús y de María queremos pedirte que nos concedas el espíritu de oración para que podamos encontrarte en la oración y para que encontremos en nuestros corazones Tu Corazón Paternal. Líbranos, oh Padre de todo aquello que dificulta nuestro encuentro. Eres el Padre buenos que no nos olvida y no puede olvidarnos. Por eso, junto con María y en nombre de Tu Hijo Jesús, te agradecemos por todas las gracias que nos has dado aquí a través de Tu humilde sierva María. Abre nuestros ojos, para que podamos reconocer Tu obra aquí en Medjugorje y así estar agradecidos. Perdónanos, oh Padre si nos hemos convertido en ciegos en nuestras vidas, en esta Parroquia y en el mundo entero. Líbranos de esta ceguera, para que podamos ser alegres testigos de Tu inmenso amor por nosotros cada día. Danos la gracia de poder mantener vivo este lugar de oración, creado por María, y especialmente Te pedimos que limpies nuestros corazones para que puedan convertirse en un solo corazón con el corazón de Jesús y María, y así todos tengamos corazones de amor y paz. Te pedimos, oh Padre, que permanezcamos fuertes en la lucha contra el mal para que a través de Tu gracia siempre busquemos lo bueno de nuestras familias, en la Iglesia y en el mundo. En Tu nombre, rechazamos a Satanás y todas sus obras y nos decidimos a abrir nuestros corazones para Ti, Padre Eterno, entregándotelos en todo momento. Queremos pertenecer solamente a Ti, oh Padre, y también te lo pedimos en nombre de todos aquellos que han entregado sus corazones al mundo. Te pedimos esto también por todos aquellos que han perdido su libertad interior y por lo tanto viven en pecado alejándose de Ti y volcándose al mundo. Padre, Celestial, en nombre de Tu Hijo Jesús, te pedimos en nombre de los videntes, de la Parroquia y de todos los peregrinos, por la juventud que va a venir al Festival de Oración, y que este pueblo se convierta para cada uno de los que vienen, en un pueblo donde se encuentren los corazones, para que Tu Corazón Paternal y los corazones de Jesús y María siempre permanezcan frente a nuestros ojos y así construyamos nuestras vidas según ellos. Bendícenos, oh Padre y danos la gracia de ser Tus hijos a través de Cristo, nuestro Señor, Amen.


Fray Slavko Barbaric

Medjugorje, 27 de julio, 1999