La vida es breve

La vida es breve

30 de julio de 2025 0 Por Gospa Chile

Les espera la eternidad para glorificar a Dios con todo su ser y con todos los santos

Por Christian Sabatini


El mensaje de la Reina de la Paz nos invita a vivir con conciencia el tiempo que nos ha sido dado, recordándonos que el Cielo es nuestro verdadero destino.

María, enviada por el Altísimo, nos guía con amor por el camino de la santidad, instándonos a orar, dar testimonio y vivir con alegría. Es un poderoso recordatorio para que nos desprendamos de las preocupaciones mundanas y fijemos la mirada en la eternidad, donde seremos llamados a glorificar a Dios junto con todos los santos. Con su bendición maternal, María nos asegura su presencia y ayuda en el camino.


Mensaje del 25 de septiembre de 2021

“¡Queridos hijos! Oren, testimonien y regocíjense conmigo, porque el Altísimo sigue enviándome para guiarlos por el camino de la santidad. Sean conscientes, hijitos, de que la vida es breve y que les espera la eternidad para glorificar a Dios con todo su ser y con todos los santos. Hijitos, no se preocupen por las cosas terrenales, sino anhelen el cielo: el cielo será su meta y la alegría reinará en su corazón. Estoy con ustedes y los bendigo a todos con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado.”


La vida es corta, el cielo es eterno.

«Orad, dad testimonio y alegraos» : tres verbos que resumen el estilo de vida al que María nos llama . Son los gestos cotidianos de quienes eligen seguir a Cristo, dejándose guiar por la luz del Espíritu Santo y la voz maternal de María.

Este mensaje es como una ventana a la eternidad: nos recuerda que la vida es corta, un pasaje, un don precioso que no debe desperdiciarse . Con demasiada frecuencia nos vemos abrumados por las preocupaciones materiales, persiguiendo lo que pasa y olvidando lo que queda. Nuestra Señora, en cambio, nos recuerda que nuestro verdadero hogar es el Cielo , la meta hacia la que debemos aspirar con todo el corazón.

No se trata de huir del mundo, sino de vivirlo con la mirada puesta en lo alto , sabiendo que cada decisión tomada con amor y fe prepara para el encuentro definitivo con Dios. La invitación a la santidad es también una invitación a la responsabilidad: nuestro testimonio, nuestra oración, nuestro estilo de vida pueden iluminar a otros y despertar en ellos el deseo del Cielo .

La Reina de la Paz nos habla con dulzura, pero también con claridad: «Tengan conciencia», nos dice. Es hora de despertar, de vivir conscientemente , de no perder lo valioso por lo efímero. La alegría prometida es una alegría profunda, que nace cuando vivimos con la mirada puesta en Dios, sin dejarnos sofocar por la ansiedad del presente.

Y finalmente, nos bendice. Una bendición maternal que es protección, consuelo, pero también aliento para seguir adelante con confianza .

Alimento para el pensamiento

¿Vivo con la conciencia de que el Cielo es mi verdadera meta?
¿Qué me impide aún disfrutar de lo terrenal? ¿Dónde puedo hacer espacio para lo eterno en mi vida?

Oración

Oh María, Madre de alegría y esperanza, gracias por acompañarme y guiarme por el camino de la santidad. Concédeme una mirada al Cielo, un corazón que anhela la eternidad y manos dispuestas a servir con amor. Libérame de las preocupaciones que me agobian y haz de cada día una alabanza a Dios. Ayúdame a dar testimonio de mi fe con alegría y a recordar que mi verdadera patria es el Cielo. Bendíceme, Madre, con tu bendición maternal. Amén.