Medjugorje: Nadie está excluido del plan de Dios
El mensaje de la Reina de la Paz es una fuerte invitación a la oración, a la conversión y a la apertura a la acción del Espíritu Santo.
María, como verdadera Madre de la Iglesia, continúa mostrándonos el camino hacia Cristo, ofreciéndonos su intercesión maternal y su apoyo en nuestro camino de fe. Estas sencillas palabras nos recuerdan los fundamentos de la vida cristiana: la oración, la docilidad al Espíritu y la vocación personal a la santidad.
Medjugorje: Mensaje del 25 de mayo de 1993
Queridos hijos, hoy los invito a abrirse a Dios mediante la oración: para que el Espíritu Santo comience a obrar milagros en ustedes y a través de ustedes. Estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes, porque, queridos hijos, cada uno de ustedes es importante en mi plan de salvación. Los invito a ser portadores de bondad y paz. Dios solo puede dar paz si se convierten y oran. Por lo tanto, mis queridos hijos, oren, oren, oren y hagan lo que el Espíritu Santo les inspire. Gracias por haber respondido a mi llamado.
El primer paso de la vida espiritual
Abrirse a Dios mediante la oración es el primer paso en la vida espiritual. El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que «la oración es la vida del corazón nuevo» (CIC 2697) y que «la humildad es el fundamento de la oración» (CIC 2559). María nos invita a un diálogo sincero con Dios , porque solo en la oración podemos recibir el Espíritu Santo y discernir la voluntad divina.
La presencia del Espíritu Santo, que obra milagros, no debe entenderse solo como eventos extraordinarios, sino también como una profunda transformación del alma . Como dice San Pablo: «El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia…» (Gal 5,22). Estos son los verdaderos milagros que el Señor desea obrar en nosotros.
María afirma que «cada uno de ustedes es importante en mi plan de salvación ». Esto nos recuerda que cada bautizado tiene una misión única : «Todo fiel está llamado a la santidad y a la misión» (CIC 2013). Nadie está excluido del plan de amor de Dios.
«Dios solo puede darte la paz si te conviertes y oras» : la paz , como enseña Cristo, no es la del mundo (Jn 14,27), sino que nace de la reconciliación con Dios y con los hermanos. La conversión es un retorno continuo a Él , y es posible gracias a la gracia, que se recibe especialmente en los sacramentos y en la oración ferviente .
Finalmente, la apremiante invitación a «orar, orar, orar» es un recordatorio maternal para perseverar en la fe (cf. Lc 18,1-8). María nos insta a escuchar al Espíritu Santo, el verdadero guía de nuestra alma, y a ser portadores de paz y bondad , dando testimonio del Evangelio en el mundo.
por Christian Sabatini – Medjugorje. it