No juzguéis

No juzguéis

6 de febrero de 2024 0 Por Gospa Chile

ESCLAVITUD DE AMOR A MARÍA REINA DE LA PAZ DÍA 15

“No os desesperéis, no juzguéis, recordad que sois amados y alabad al Padre Celestial…”


(Buscamos un lugar apartado para hacer nuestra preparación en oración)


  CONOCER A DIOS, CONOCERSE A SÍ MISMO


Letanías al Espíritu Santo

Señor, Ten piedad de nosotros.

Cristo,Ten piedad de nosotros.

Señor, Ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, Escúchanos.

Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del mundo,Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo,Ten piedad de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios,Ten piedad de nosotros.

Espíritu, que procedes del Padre y del Hijo,Ten piedad de nosotros.

Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación incubando las aguas las fecundaste,Ten piedad de nosotros.

Espíritu por cuya inspiración hablaron los santos hombres de Dios,Ten piedad de nosotros.

Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas,Ten piedad de nosotros.

Espíritu que das testimonio de Cristo,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas,Ten piedad de nosotros.

Espíritu que fecundas a María,Ten piedad de nosotros.

Espíritu del Señor que llenas todo el orbe,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de Dios que habitas en nosotros,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de sabiduría y entendimiento,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de consejo y fortaleza,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de ciencia y piedad,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de temor del Señor,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de gracia y misericordia,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de fuerza, dilección y sobriedad,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de fe, esperanza, amor y paz,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de humildad y castidad,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de benignidad y mansedumbre,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de gracia multiforme,Ten piedad de nosotros.

Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios,Ten piedad de nosotros.

Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,Ten piedad de nosotros.

Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,Ten piedad de nosotros.

Espíritu en el cual renacemos,Ten piedad de nosotros.

Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,Ten piedad de nosotros.

Espíritu de adopción de los hijos de Dios,Ten piedad de nosotros.

Espíritu que apareciste sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego,Ten piedad de nosotros.

Espíritu del que los apóstoles quedaron henchidos,Ten piedad de nosotros.

Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,Ten piedad de nosotros.

Senos propicio, Perdónanos, Señor.

Senos propicio, Escúchanos, Señor.

De todo mal, Líbranos Señor.

De todo pecado, Líbranos Señor.

De las tentaciones e insidias del diablo, Líbranos Señor.

De toda presunción y desesperación, Líbranos Señor.

De la resistencia a la verdad conocida, Líbranos Señor.

De la obstinación y de la impenitencia, Líbranos Señor.

De la impureza de la mente y del cuerpo, Líbranos Señor.

Del espíritu de fornicación, Líbranos Señor.

De todo espíritu malo, Líbranos Señor.

Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo, Líbranos Señor.

Por la concepción de Jesús, hecha por tu operación, Líbranos Señor.

Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán, Líbranos Señor.

Por tu advenimiento sobre los discípulos, Líbranos Señor.

En el día del juicio, Líbranos Señor.

Nosotros, pecadores, te rogamos, óyenos.

Para que, así como vivimos por el Espíritu obremos también por el Espíritu, te rogamos, óyenos.

Para que, recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos, te rogamos, óyenos.

Para que, viviendo según el espíritu, no accedamos a los deseos de la carne, te rogamos, óyenos.

Para que por el espíritu mortifiquemos las obras de la carne,  te rogamos, óyenos.

Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios,  te rogamos, óyenos.

Para que seamos solícitos en guardar la unidad de espíritu en el vínculo de la paz,  te rogamos, óyenos.

Para que no creamos a todo espíritu,  te rogamos, óyenos.

Para que sepamos discernir los espíritus, si son o no de Dios,  te rogamos, óyenos.

Para que renueves en nosotros el espíritu de rectitud, te rogamos, óyenos.

Para que nos confirmes por tu espíritu soberano,  te rogamos, óyenos.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten misericordia de nosotros.

Oremos: 

Te pedimos, Señor, que nos asista la fuerza del Espíritu Santo para que purifique convenientemente nuestros corazones y nos preserve de todo mal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


CONOCER A DIOS, CONOCERSE A SÍ MISMO


San Juan 8, 7

“Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.”


Mensaje, 2 de mayo de 2013

“¡Queridos hijos!, de nuevo os invito a amar y a no juzgar. Mi Hijo, por voluntad del Padre Celestial, estuvo entre vosotros para mostraros el camino de la salvación, para salvaros y no para juzgaros. Si vosotros deseáis seguir a mi Hijo, no juzguéis, sino amad como el Padre Celestial os ama. Cuando os sintáis muy mal, cuando caigáis bajo el peso de la cruz, no os desesperéis, no juzguéis, sino recordad que sois amados y alabad al Padre Celestial por Su amor. Hijos míos, no os desviéis del camino por el que os guío, no corráis imprudentemente hacia la perdición. Que la oración y el ayuno os fortalezcan para que podáis vivir como el Padre Celestial desea, para que seáis mis apóstoles de la fe y del amor, para que vuestra vida bendiga a quienes encontráis, para que seáis uno con el Padre Celestial y mi Hijo. Hijos míos, esta es la única verdad. La verdad que lleva a vuestra conversión, y luego a la conversión de todos los que vosotros encontráis, que no han conocido a mi Hijo, de todos los que no saben qué significa amar. Hijos míos, mi Hijo os ha dado pastores, ¡cuidadlos, orad por ellos! Os doy las gracias.”


Para manifestar que aquéllos únicamente debían escribirse en la tierra, y no en el cielo, donde había dicho que sus discípulos se alegrarán de haber sido inscritos. También puede decirse que, humillándose (como lo demostraba en la inclinación de su cabeza), hacía señales en la tierra; o que ya era tiempo de que su Ley se escribiese en la tierra y fructificase (y no en piedra estéril, como antes).

Por la tierra debe entenderse el corazón humano, que suele dar su fruto por medio de acciones buenas o malas. Con el dedo, que es flexible en sus articulaciones, se expresa la sutileza del discernimiento. Nos da a conocer en esto que cuando veamos una acción mala en nuestro prójimo, no debemos condenarla en seguida, sino que primeramente, volviendo al secreto de nuestro corazón, examinémonos con cuidado y solicitud, para ver cuanto hemos hecho o dejado de hacer, para que no se precipite el prójimo en esa lamentable situación, pues nuestra falta de santidad, de oración y de buenos ejemplos, deberían ser causa suficiente para reparar no solo por la propia tibieza e indiferencia,, sino que también para reconocer que nuestras pequeñas infidelidades, privan a nuestros cercanos, del fuego de la caridad  que tanto reconocemos en los Sagrados Corazones.  (Padre Patricio. Comentario Evangelio de San Juan 8, 7)



Ave Maris Stella

Salve, estrella del mar, Madre santa de Dios y siempre Virgen, feliz puerta del cielo.

Aceptando aquel «Ave» de la boca de Gabriel, afiánzanos en la paz al cambiar el nombre de Eva.

Desata las ataduras de los reos, da luz a quienes no ven, ahuyenta nuestros males, pide para nosotros todos los bienes.

Muestra que eres nuestra Madre, que por ti acoja nuestras súplicas.

Quien nació por nosotros, tomando el ser de ti.

Virgen singular, dulce como ninguna, líbranos de la culpa, haznos dóciles y castos.

Facilítanos una vida pura, prepáranos un camino seguro, para que viendo a Jesús, nos podamos alegrar para siempre contigo.

Alabemos a Dios Padre, glorifiquemos a Cristo soberano y al Espíritu Santo, y demos a las Tres personas un mismo honor. Amén.


“Si decimos: «No hemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros.  (I Juan 1, 8)


“Nuestras mejores acciones quedan, de ordinario, manchadas e infectadas a causa de las malas inclinaciones que hay en nosotros. Cuando se vierte agua limpia y clara en una vasija que huele mal o vino en una garrafa maleada por otro vino, el agua cara y el buen vino se dañan y toman fácilmente el mal olor. Del mismo modo cuando Dios vierte en nuestra alma, infectada por el pecado original y actual, sus gracias y rocíos celestiales o el vino delicioso de su amor, sus bienes se deterioran y daña ordinariamente a causa de la levadura de malas inclinaciones que el pecado ha dejado en nosotros. Y nuestras acciones, aún las inspiradas por las virtudes más sublimes, se resienten de ello.” (Tratado de la V. D. 78)


Letanías Marianas

Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad

Cristo, óyenos

Cristo, escúchanos

Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, un solo Dios,Ten piedad de nosotros.

Santa María, Ruega por nosotros (emplear esta respuesta de ahora en adelante).

Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las Vírgenes,

Madre de Cristo,

Madre de la Iglesia,

Madre de la divina gracia,

Madre purísima,

Madre castísima,

Madre siempre virgen,

Madre inmaculada,

Madre amable,

Madre admirable,

Madre del buen consejo,

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Madre de misericordia,

Virgen prudentísima,

Virgen digna de veneración,

Virgen digna de alabanza,

Virgen poderosa,

Virgen clemente,

Virgen fiel,

Espejo de justicia,

Trono de la sabiduría,

Causa de nuestra alegría,

Vaso espiritual,

Vaso digno de honor,

Vaso de insigne devoción,

Rosa mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro,

Arca de la Alianza,

Puerta del cielo,

Estrella de la mañana,

Salud de los enfermos,

Refugio de los pecadores,

Consoladora de los afligidos,

Auxilio de los cristianos,

Reina de los Ángeles,

Reina de los Patriarcas,

Reina de los Profetas,

Reina de los Apóstoles,

Reina de los Mártires,

Reina de los Confesores,

Reina de las Vírgenes,

Reina de todos los Santos,

Reina concebida sin pecado original,

Reina asunta a los Cielos,

Reina del Santísimo Rosario,

Reina de la familia,

Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

Ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN

Te rogamos nos concedas,

Señor Dios nuestro,

gozar de continua salud de alma y cuerpo,

y por la gloriosa intercesión

de la bienaventurada siempre Virgen María,

vernos libres de las tristezas de la vida presente

y disfrutar de las alegrías eternas.

Por Cristo nuestro Señor.

Amén.


«Yo los amo y por eso los invito a todos al camino de la salvación con Dios…»


Magnificat

Proclama mi alma

la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios,

mi salvador;

porque ha mirado la humillación

de su esclava.

Desde ahora me felicitarán

todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho

obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia

–como lo había prometido a nuestros padres–

en favor de Abrahán

y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo,

y al Espíritu Santo.

Como era en el principio,

ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén.