Santa Sede da Nihil Obstat y culto público para Medjugorje
El estatus de «Nihil obstat», es la decisión más positiva posible sobre un fenómeno sobrenatural, que, según las nuevas normas busca distinguir entre apariciones y otros fenómenos sobrenaturales, y que concede el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, máximo órgano de la Iglesia Católica en materia de doctrina y moral.
El Vaticano acaba de aprobar con un nihil obstat la devoción internacional a María como Reina de la Paz, las peregrinaciones a Medjugorje, en Bosnia-Hercegovina, y el uso espiritual de una selección de mensajes, que deben considerarse «textos espirituales edificantes». Lo hace en su documento La Reina de la Paz.
Para el Vaticano, las apariciones seguirán siendo «presuntas apariciones», igual que los mensajes, y el Dicasterio de la Doctrina de la Fe no entra en si pasó algo sobrenatural en Medjugorje o si sigue sucediendo.
Más aún, al presentar el dictamen vaticano ante los periodistas, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto de Doctrina de la Fe, detalló: «Pregunté al Papa, porque él podía decir que después de este Nihil Obstat seguiríamos [hacia una declaración de sobrenaturalidad]. Pero me dijo: para nada, considero esto suficiente, no iremos más allá hacia una declaración de sobrenaturalidad. Me dijo que le parecería muy difícil. Una cosa es decir: ‘pueden rezar a la Virgen de la Paz, hacer peregrinaciones y leer sin peligros estos mensajes. Eso, para el Papa, es suficiente», explicó en respuesta a las preguntas de periodistas.
«Digo que el Espíritu Santo hace cosas buenas en medio de ese fenómeno. Para eso no necesitamos certeza moral. Seguiremos hablando de ‘presuntos’ hechos sobrenaturales, y decimos que el Espíritu obra en medio de peregrinaciones y de acciones pastorales en la devoción a la Reina de la Paz«, añadió.
«La Iglesia expresa, aprobando el culto público a María Reina de la Paz, que no quiere dejar solos a estos fieles. Mientras no se aprueben los mensajes, sólo se aconseja a los fieles considerarlos como «textos edificantes». Y se da autoridad al visitador vaticano en Medjugorje para trabajar en conexión con Doctrina de la Fe. Sería imprudente presentar los mensajes como llegados del Cielo. Alguien dirá: ¿pero es posible guardar silencio sobre algo que piensas que la Virgen comunicó? Pues sí, como se hizo con los secretos de Fátima.»
La rueda de prensa duró dos horas y el cardenal la presentó como «explicaciones que pueden ayudar a comprender mejor el significado de la decisión tomada», sin ser documento oficial eclesial (el documento oficial es el titulado La Reina de la Paz, aquí completo).
Una investigación sin entrevistar a los videntes
El cardenal Fernández respondió a preguntas de los periodistas que su equipo, al preparar este documento, no ha hablado con ninguno de los seis supuestos videntes implicados,sino que se ha basado en las entrevistas y trabajos recopilados por comisión Ruini, presentados en 2017, que investigó el caso por encargo de Benedicto XVI.
«No hemos hablado con ellos, pero les he escrito una breve carta con algunas sugerencias,es una carta reservada que conoce el visitador», dijo, refiriéndose a Aldo Cavalli, visitador apostólico al que el Papa encarga la supervisión espiritual de Medjugorje.
Un análisis de las investigaciones previas
El cardenal Fernández ha querido defender la buena fe de casi todos los implicados en la ya larga historia de Medjugorje. «Conocemos la opinión negativa del obispo emérito de Mostar sobre los hechos de Medjugorje, él tenía el derecho y deber investigar y pronunciarse. El episcopado de Yugoslavia hizo su comisión de estudio, la Declaración de Zara, que hablaba de que lo investigado ‘hasta ahora’ no permitía hablar de lo sobrenatural. Benedicto XVI creó la comisión internacional, la Comisión Ruini, que consideraba que en las 7 primeras apariciones los muchachos, mentalmente sanos, no se dejaron influenciar por nadie y testificaron haber visto a la Virgen, que daba mensajes de penitencia», detalló Fernández.
«Según votó esa Comisión Ruini, 13 de 15 miembros consideran que esas 7 primeras apariciones son sobrenaturales. Sobre las apariciones posteriores sólo 2 consideraron que no eran sobrenaturales, el resto votaron con ‘no podemos aún discernir’. Sobre los efectos, 11 los veían positivos y sólo 3 hablaban de «efectos mixtos». En 5 o 6 diócesis se produjeron problemas importantes con grupos ligados a Medjugorje, por esta razón algunos hablan de frutos mixtos, detalló el cardenal. Fernández repitió que el informe Ruini es «muy, muy bueno».
Fernández admitió que varios testigos orales confirman que Juan Pablo II tenía buena opinión de Medjugorje, o al menos un fuerte interés. Pero el cardenal argentino insistió en que Benedicto XVI pedía separar el aspecto de si las apariciones fueron sobrenaturales y reales, del aspecto de los frutos y la devoción que genera, con sus peregrinaciones.
«El problema no es la hipercrítica moderna, sino evaluar la ortodoxia y vitalidad de la vida religiosa que se desarrolla alrededor de esos lugares», escribió el cardenal Ratzinger, según cita Fernández, que adopta ese criterio en sus normas. «¿Hay vitalidad, fe, conversión, frutos positivos, se ve que Dios hace cosas buenas? No decimos «a causa de » sino «alrededor o en medio de». Ese criterio del cardenal Ratzinger es el mismo que usa Francisco y es el que se aplica en las normas». Francisco dijo que «el meollo del informe es el hecho pastoral, las personas que van y cambian de vida».
Detalló después que el primer visitador enviado por Francisco, Hozer, viviendo en Medjugorje un tiempo, hizo un informe con conclusiones aún más positivas que el Informe Ruini.
Aldo Cavalli, actual visitador, que vive allí, prefiere no opinar de los mensajes, pero sí tiene opinión positiva de los frutos. «Me dijo que es un oasis de paz y de fe donde Dios, a través de la Reina de la Paz, hace mucho, mucho bien», dijo Fernández.
«Los Pontífices muestran un gran respeto ante una devoción muy extendida en el Pueblo de Dios: en eso nos detenemos, más que en el origen sobrenatural o no del fenómeno. Los fieles están autorizados a dar su adhesión de manera prudente y se autoriza el culto público a María Reina de la Paz. Por estas experiencias, y no a causa de los supuestos fenómenos, se han producido efectos positivos. Sí, hubo problemas, pero esos efectos problemáticos no se extendieron por el pueblo de Dios», añadió.
El nihil obstat lo da el obispo local
Ese nihil obstat a la devoción y peregrinación lo dará el obispo local, por indicación de Roma. «Se quiere seguir con la tradición del decreto del obispo local con su nihil obstat. El decreto es del obispo, pero el Dicasterio interviene en diálogo con el obispo, por su dimensión mundial. El obispo explicita que los sacerdotes de su diócesis son libres de adherirse, o no, a la experiencia de Medjugorje. Pero la devoción a la Reina de la Paz se ha extendido por el mundo, hay grupos en todo el mundo y obras de caridad».
Fernández explicó lo que cree que atrae más en todo el mundo a quienes quizá ni saben nada de Medjugorje como lugar: «Es un fenómeno popular que no tiene muy en cuenta los mensajes o las discusiones sobre los videntes, sino que lo que atrae es la Reina de la Paz, su presencia que da paz. Yo vi la imagen de la Reina de la Paz en pueblos en América. Propuse a unos fieles hacer edículos de la Virgen y la primera que me propusieron fue la Reina de la Paz».
De los mensajes, destacó que suelen animar a la fe y la construcción de la paz. Sobre los mensajes poco exactos dice que usan «lenguaje popular, no teológico». Por ejemplo, cuando dicen que «los difuntos se alegran cuando ofrecen misa por ellos». Un teólogo puede decir «no hay alegría en el Purgatorio» o «hay difuntos condenados que no se benefician». Pero somos católicos y sí, ofrecemos misas por difuntos».
Continuó: «Estos mensajes no son un dictado, la persona escucha y se esfuerza por recordarlo y expresarlo, no se debe leer como un texto de magisterio o catecismo y buscar su mensaje profundo tras la imperfección de las palabras. Y que el Espíritu Santo actúe en una experiencia no significa que todo en esa experiencia esté libre de toda imperfección».
¿Por qué leer estos mensajes poco precisos habiendo textos doctrinales más precisos?, planteó el cardenal saliendo al encuentro de una objeción razonable.
«Si hiciéramos eso, no quedaría mucho por leer. Quedarían solo unos pocos textos muy precisos, se prohibirían textos de San Juan de la Cruz, a quien admiro, por su Llama de amor viva, que habla del «centro infinito de la sustancia del alma». Es un problema: ¿es infinito el centro del alma? Y luego dice, más problemático: «el centro del alma es Dios». ¿Es esto un lenguaje preciso, que no causa confusión? O la expresión de Santa Teresita: ‘no confío en mis méritos, que no los tengo, Él, cubriéndome con sus méritos, me hará santa’. ¿Este lenguaje es luterano?» El cardenal mencionó un par de textos de Trento sobre los méritos que chocarían con lo de Teresita. «No han faltado fanáticos que han propuesto prohibir a los fieles estos autores espirituales, ¡y eso que San Juan de la Cruz y Teresita se formaron en un convento! Pero es que el lenguaje místico busca fomentar el deseo de confiarse en Dios», insistió Fernández. Ese lenguaje, dijo, es más eficaz para ese fin que la Summa Teológica (el gran tratado medieval de Santo Tomás de Aquino, muy preciso).
Fuente: Cari Filii
VER DOCUMENTO DICASTERIO SOBRE LA REINA DE LA PAZ