SIETE DÍAS CON FRAY SLAVKO
La Conversión Personal, Día 4
Queremos dar gracias a Dios Padre por el gran regalo del Padre Slavko Bárbaro; Deseamos honrar y orar por todos los Sacerdotes: por el Papa, los Obispos, los religiosos y los religiosos, para que a la Iglesia nunca le falte los valientes testigos del Evangelio y apóstoles del amor de Dios y de los planes de María Reina de la Paz, al igual que lo fue Fray Slavko.
Oremos al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
Pidamos al Señor que por las súplicas de la Reina de la Paz nos aumente la Fe:
Creo en Dios Padre, Todopoderoso,Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,padeció bajo el poder de Poncio Pilato,fue crucificado, muerto y sepultado,descendió a los infiernos,al tercer día resucitó entre los muertos,subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.Amén.
Mensaje, 25 de abril de 2000
“¡Queridos hijos! También hoy los invito a la conversión. Se preocupan demasiado de las cosas materiales y poco de las espirituales. Abran vuestros corazones y de nuevo trabajen más en la conversión personal. Decidan cada día dedicar tiempo a Dios y a la oración hasta que la oración se convierta para ustedes en un encuentro gozoso con Dios. Sólo así vuestra vida tendrá sentido y con gozo meditarán sobre la vida eterna. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
«HOY LOS INVITO A LA CONVERSIÓN»
«La conversión verdadera es dejar el mundo para volverse a Dios. La conversión es un proceso que en realidad nunca termina, y debemos estar muy conscientes de ello para que nunca nos olvidemos de ello en nuestra vida espiritual. Aquellos que dicen, “Me he convertido” deben tener mucho cuidado de no pensar que han alcanzado el final del proceso, porque siempre es mucho mejor pensar en algo que recién ha comenzado. Por ello, lo que nosotros llamamos conversión es solo el principio de una actividad progresiva de dar la vuelta, de un cambio en nuestro rumbo. Pero el proceso de nuestra conversión permanece en nosotros por el resto de nuestras vidas. En primer lugar se produce una aversión – una aversión al mundo, una aversión a todo pecado, una aversión a uno mismo, a los demás, a todo lo material y de ese modo una aversión a todo aquellos que puede o de hecho obstaculiza nuestro camino hacia Dios. Esta dimensión de aversión en el proceso progresivo de conversión también se produce en nuestras vidas, porque debemos luchar; esta lucha es contra todas las tentaciones, contra todos los pecados, contra toda la mentalidad y lógica del pecado de la que nunca nos podemos librar ni disipar. Siempre tratan de enredarnos. La segunda dimensión de la conversión es volverse hacia algo que en este caso quiere decir volverse hacia Dios. Cuanto más nos volquemos hacia Dios, mayor será nuestra aversión y nos libraremos de las relaciones de pecado en nosotros mismos, hacia los demás, hacia lo material y en general hacia el mundo entero. Pero al hacerlo, de ninguna manera nos perdemos a nosotros mismos, ni a los demás, ni a las cosas materiales o el mundo, sino que vemos todas estas cosas desde una óptica diferente. Esto nos muestra que la conversión verdaderamente conlleva un proceso de crecimiento -crecer en el amor, crecer en la confianza, crecer en la fe, la esperanza, la bondad, la misericordia- y nunca nadie va a estar en una situación en la que pueda decir que ama de tal manera que su amor, o su fe, o su esperanza no pueda ser más fuerte. Nuevamente esta es la razón por la que uno puede decir que el proceso de conversión verdaderamente nunca termina. Dios nos dio a Su propio nombre con respecto a este proceso de conversión. Emanuel – que significa “Dios con nosotros”. Esto significa que Dios está con nosotros mientras caminamos por la vida, Dios como el pan que nos alimenta durante la vida. Y María como madre, como peregrina y como nuestra maestra en estos tiempos, tal como la llama el Papa en varios de sus documentos también está con nosotros, y este Año del Jubileo es, como escribió el Papa en su Encíclica MADRE DEL SALVADOR, fue preparado por María. Esta Encíclica fue preparada en 1987 y ya entonces el Papa llamaba a estos tiempos, tiempos Marianos. María está viviendo su segundo Adviento a fin de preparar a la Iglesia peregrina… Desde esta óptica, también podemos decir que Medjugorje es la realización de lo que el Papa nos ha estado enseñando durante este tiempo. Por ello, siempre se refiere a María como nuestra Madre que nos acompaña, que nos enseña y que nos lleva a Jesús.» (Fray Slavko Barbaric, Medjugorje; Abril 28, 2000)
Día 4° La Conversión Personal
Te pedimos, oh Padre, que toques a todos aquellos que por cualquier motivo se hayan detenido en el camino, o que se han cansado, te presentamos a Ti a todos aquellos que han perdido el sentido de la vida, para que puedan encontrarlo nuevamente. Bendice a todos aquellos que te han traído sus propias intenciones, que todos ellos durante este tiempo de Resurrección permanezcan con Tu Hijo resucitado, Jesucristo. Padre, protégenos de todo mal y de todo aquello que sea un obstáculo en nuestro caminar hacia Ti. María, nuestra madre, Maestra y guía, que bajo Tu protección podamos continuar en el camino de la vida, para que todos podamos algún día estar contigo en la eternidad. Que así sea por Cristo nuestro Señor, Amén. (Fray Slavko Barbaric)
Pater, Ave y Gloria.
Reina de la paz, ruega por nosotros y la paz del mundo entero.
Fuente: Virgilio Baroni
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