
Tesoros en el cielo. Viernes XI
Respondan con oración; la oración es el fruto del amor hacia Dios creador. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!” (Mensaje, 25 de septiembre de 1997)
Evangelio Diario y Meditación
Oración al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
Santo Evangelio
Evangelio según San Mateo 6,19-23.
Jesús dijo a sus discípulos:
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban.
Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben.
Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado.
Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!
(Volvemos a leer el Evangelio más pausadamente, aplicando nuestra imaginación y sentidos espirituales como dice San Ignacio, de modo que procuramos escuchar, ver y palpar lo que Cristo N.S. y los Apóstoles escucharon, vieron y palparon..)
Meditación Patrística:
(Iluminados por la Patrística, los Santos y el Magisterio, buscamos profundizar el misterio del Señor y reconocer sus mociones en nuestra alma)
Primer Punto: Después de que manifestó la malicia de la vanagloria, creyó el Salvador muy oportuno hablar del menosprecio de las riquezas. Ninguna otra cosa hace desear tanto las riquezas como el deseo de la gloria. Por esto los hombres presentan gran número de criados, caballos cubiertos de oro y mesas adornadas con plata. No para reportar de ello alguna utilidad sino para hacer ostentación delante de muchos. Y esto es lo que dice el Señor cuando continúa: «No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra». (San Juan Crisóstomo)
Segundo Punto: Por lo demás, la alabanza celestial es eterna y no puede ser robada por el hurto del ladrón, ni mortificada por el orín y la polilla de la envidia. Y por ello prosigue: «Mas atesorad para vosotros tesoros en el cielo, en donde ni lo consume orín ni polilla, y en donde los ladrones no los desentierran ni los roban». (San Hilario)
Tercer Punto: Esto no debe entenderse solamente del dinero, sino de todas las cosas que se poseen en la tierra. Para el goloso, su dios es el vientre; para el lascivo, su tesoro es la impureza; para el amante, la liviandad. Cada uno es esclavo del que le ha vencido. Allí, pues, tiene su corazón donde tiene su tesoro. (San Jerónimo)
(Luego de considerar las lecturas y el Evangelio, somos invitados a un dialogo espiritual, con el Corazón del Señor y su Madre Santísima)
Mensaje
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a comprender que sin amor no pueden comprender que Dios debe estar en primer lugar en su vida. Por eso, hijitos, los invito a todos a amar, no con amor humano, sino con el amor de Dios. Así su vida será más hermosa y no interesada. Comprenderán que Dios se da por amor del modo más simple. Hijitos, para que puedan comprender mis palabras que les doy por amor, oren, oren, oren y podrán con amor aceptar a los demás y perdonar a todos aquellos que les han hecho mal. Respondan con oración; la oración es el fruto del amor hacia Dios creador. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!” (Mensaje, 25 de septiembre de 1997)
Coloquio:
Dios, Padre Nuestro, Te damos gracias por enviarnos a María cada día y porque Ella nos educa y nos acompaña en el camino a la salvación. Te damos gracias por haberle permitido quedarse con nosotros por tanto tiempo. Ahora, con María, te suplicamos: danos amor para que podamos comprender que tu debes tener el primer lugar en nuestro corazón, en nuestra vida. Te pedimos que liberes nuestros corazones de todos los dioses falsos, de todas las falsas dependencias a este mundo, a nosotros mismos, a las personas y a todas las cosas materiales a fin de que podamos estar libres para Ti y que Tu te conviertas para nosotros en el camino, la verdad y la luz. Te pedimos especialmente, oh Padre, que podamos ser capaces de amar, no de manera humana, sino a Tu manera. Libéreanos de los celos y de todos los pensamientos que nos distraen y que nos impiden vivir sólo en Tu amor, de tal modo que nuestra vida, nuestras relaciones familiares, nuestra iglesia y el mundo entero puedan ser más hermosos. (Fray Slavko Barbaric, 28 de Septiembre de 1998)
Comunión Espiritual:
“Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.” (De Santa Margarita María Alacoque)