Vivir este “tiempo de gracia”
El mensaje de la Reina de la Paz nos invita a vivir este “tiempo de gracia” como una oportunidad para dejarnos transformar por la oración.
María nos insta a unirnos profundamente a Jesús en su Vía Crucis, ofreciendo nuestra intercesión por la humanidad herida y perdida. Su llamado es urgente, pero lleno de esperanza: el bien aún puede triunfar, pero solo si encuentra espacio en los corazones. María nos llama a ser luz y testigos, instrumentos de la misericordia divina para todos los que encontramos. Es un llamado a la conversión y a la responsabilidad.
Mensaje del 25 de marzo de 2024
¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia, oren conmigo para que el bien triunfe en ustedes y a su alrededor. Especialmente, hijitos, oren unidos a Jesús en su Vía Crucis. Incluyan en sus oraciones a esta humanidad que vaga sin Dios y sin su amor. Sean oración, sean luz y testigos para todos los que encuentren, hijitos, para que Dios misericordioso tenga piedad de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.
María nos llama a acompañar a Jesús en el Vía Crucis , donde se manifiesta el amor supremo: «Nadie tiene amor más grande que este: dar la vida por sus amigos» (Jn 15,13). El Vía Crucis no es solo un ejercicio piadoso, sino un camino interior de unión con el Corazón de Cristo. Nuestra Señora nos invita a recorrerlo con ella, para que el bien triunfe no solo en el mundo, sino también en nosotros mismos.
Vivimos en una sociedad que a menudo «vaga sin Dios y su amor «, lo que produce desconcierto, confusión y pérdida de sentido. María nos insta a interceder por esta humanidad , a no permanecer indiferentes. Quienes oran se convierten en un puente entre el Cielo y la tierra, un canal de gracia. La tradición de la Iglesia enseña que la oración es eficaz no solo para la propia salvación, sino también para la salvación de los demás (cf. 1 Tim 2,1-4).
La Reina de la Paz nos dice: «Sed oración ». Este llamado evoca la transformación total de la vida en comunión con Dios : «Orad sin cesar» (1 Tes 5,17). El cristiano está llamado a ser luz en el mundo (Mt 5,14), testigo creíble de una esperanza que no defrauda.
Examen
¿Vivo el Vía Crucis como una verdadera unión con el sufrimiento redentor de Jesús?
¿Intercedo diariamente por el mundo que sufre y se aleja de Dios?
Oración
Oh María, Madre de la Esperanza, que nos acompañas en el camino del Calvario, danos un corazón que ore y ame incansablemente. Únenos a Jesús en su Pasión, para que aprendamos a llevar la cruz con amor. Que seamos luz para quienes están en la sombra, testigos del bien que vence todo mal. Concédenos la gracia de interceder con confianza por esta humanidad cansada y herida. María, enséñanos a creer en el triunfo de la misericordia. Amén.
Por Christian Sabatini