¿Tibieza? ¿Tibio Yo?
La “Serpiente antigua”, astuta como es, seduce a los que quieren ser buenos, no con la sugerencia de vicios, sino de falsas virtudes…
Santa Catalina de Siena exhortaba: “Basta de silencios, ¡Gritad con cien mil lenguas, que por haber callado, el mundo está podrido!”.
La “Serpiente antigua”, astuta como es, seduce a los que quieren ser buenos, no con la sugerencia de vicios, sino de falsas virtudes:
-una prudencia que es meramente “cuidar la propia vida” -para perderla-;
-una humildad que no es sino pusilanimidad;
-un supuesto “coraje” que no es sino rebelión, y así muchas otras.
Tras el debilitamiento de esas obras (enseñar, corregir) que apuntan directamente a iluminar el corazón del prójimo, haciéndonos co-responsables de nuestra mutua conversión, también hay un modelo: Caín, que sigue diciendo “¿Qué tengo que ver Yo, con mi hermano?”.
Porque la tibieza, en el fondo, siempre es homicida. Y por supuesto, no es ni sabe hacer feliz.
Porque no hay gozo mayor que haber sido asociados a Cristo para seguir llamando a otros a “subir a la Barca”, rumbo al Sol, segura pese a todas las tormentas.
“Porque dices: Yo soy rico, me he enriquecido, y de nada tengo necesidad, y no sabes que eres un desdichado, un miserable, un indigente, un ciego y un desnudo; te aconsejo que compres de mí oro acrisolado por el fuego, para que te enriquezcas, y vestiduras blancas, para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez, y corilio para ungir tus ojos, a fin de que veas. Yo reprendo y corrijo a cuantos amo; ten, pues, celo y arrepiéntete.” (Ap. 3, 17-19)
Pensamientos de S. Antonio María Zaccaria
A) “La tibieza ‘odia’ el fervor” (3.17.03)
1) “Guárdate de decir: ‘no quiero hacer tanto bien’, porque si actúas así, estás en peligro” (2.06.22)
2) “Huye de pensar que tengas bastante con lo que has empezado.” (3.18.21)
3) “Debéis no sólo conservar, sino aumentar vuestro fervor, porque no progresar es retroceder.” (3.12.37)
B) “La irresolución es efecto y causa de la tibieza” (1.02.07)
1) “El hombre ha de pensar y volver a pensar, rumiar y volver a rumiar cuando tenga que hacer algo importante; pero cuando lo ha pensado o se ha dejado aconsejar, no debe retardar la ejecución porque, en el camino hacia Dios, lo primero que se busca es la prontitud y la solicitud.” (1.02.10)
2) “Pobres de nosotros, porque la inestabilidad que deberíamos emplear para huir del mal, la utilizamos para hacer el bien.” (1.02.03)
3) “El hombre indeciso está siempre inquieto y nunca se siente contento aunque todo vaya bien; se entristece fácilmente y se enoja, tratando de buscar fácilmente sus consuelos.” (102.05)
C) “Necesariamente permanecerá tibio
quien se sustraiga a los oprobios y las penas” (3.12.18)
1) “Pablo predica a un Cristo crucificado por todas partes; no sólo al crucificado en sí mismo, sino al crucificado en nosotros mismos; y esta sola palabra debemos mascarla bien.” (1.09.14)
2) “El verdadero espíritu y fervor se puede aumentar renovando a menudo y gallardamente los propios propósitos y además de con violentos esfuerzos corporales.” (3.12.43)
3) “¿Eres discípulo de Cristo? Lleva la cruz, mortifica tu cuerpo con hambre y fatigas, cuida la oración, gasta tu tiempo en ayudar al prójimo.” (2.01.35)
D) “El tibio aparta de él lo gordo y retiene lo menudo;
deja las cosas ilícitas, pero quiere todas las lícitas” (1.11.03)
1) “Ninguna de tus acciones y oraciones te valen… si haces tu voluntad.” (2.01.33)
2) “El demonio acostumbra a vencer a los distraídos.” (3.07.02)
3) “Aparta de ti todo, para que así tengas a Dios que lo es todo. Vete libremente a Dios y no te ates a cosa alguna.” (2.06.14)
E) “Vosotros que queréis ser espirituales,
¿tenéis algo que no esté en común con los tibios?” (3.17.12)
1) “En la oración y meditación esforzaos por conocer vuestros principales defectos y sobre todo el defecto y el vicio capital en vosotros.” (1.03.13)
2) “Podéis comprender que vuestra oración es sólo apariencia de la verdadera oración si, cuando dejáis de orar, sois los mismos de antes: frívolos en el conversar, negligentes en el obrar e imperfectos en todas las cosas.” (3.10.02)
3) “Dios, de forma saludable, suele disminuir el furor y la devoción exterior para que el hombre aprenda a comprender si en tiempos de aridez obra menos que en tiempos de fervor exterior; o si mas bien, aunque sin tal fervor, mayor y más verdaderamente se llena del divino fervor y de provecho espiritual; y además para que aprenda a compadecerse de los que quizá exteriormente no parecen devotos.” (3.12.38)
[La referencia a los escritos del santo: “El primer número pertenece respectivamente a: (1) las Cartas (2), los Sermones y (3) las Constituciones; el segundo número se refiere a una de las 11 Cartas o bien a los siete Sermones o a los diecinueve capítulos de las Constituciones; y el tercer número indica la progresión interna de los párrafos. Pongamos un ejemplo: la cita (1. 11. 09) el 1 quiere decir que se refiere a las Cartas, el número siguiente indica la carta 11, y la última cifra está relacionada con el párrafo correspondiente de dicha Carta.”]
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La recompensa para los que dejan la tibieza
“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo. Al que venciere le haré sentarse conmigo en mi trono, así como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” (Ap. 3, 20-22)
Fuente: María Lourdes Quinn Infocatólica
Mª Virginia Olivera de Gristelli Infocatólica