María, Virgen Purísima
Manibus Mariae tradere cura
Todas las rentas de nuestra pobre alma, para el Padre de familia Dios, son menos, para ganar su amistad y gracia, de lo que sería para un rey la manzana agusanada que para pagar su arriendo le presentara un pobre colono de su majestad. ¿Qué haría este pobre hombre si fuera listo y tuviera cabida con la reina?
Benévola ella con el pobre campesino y respetuosa con el rey, ¿no quitaría a la manzana lo que tuviera de agusanado y de podrido y la pondría en fuente de oro, rodeada de flores? Y el rey, ¿no la recibiría sin inconveniente y aun con gusto, de manos de la reina, que tanto quiere al campesino? Modicum quid offerre desideras?, manibus Mariae tradere cura, si non vis sustinere repulsam. ¿Deseas ofrecer alguna poca cosa?, dice San Bernardo. Por manos de María procura entregarla, si no quieres sufrir repulsa.
San Luis María de Montfort, El Secreto de María, n°37.