«Medjugorje es el método de un Dios que ama al hombre»

«Medjugorje es el método de un Dios que ama al hombre»

16 de septiembre de 2025 0 Por Gospa Chile

Lo afirma el periodista Riccardo Caniato, experto en las apariciones. Artículo de REL


Fuente: Religión en Libertad (REL)

Conversación con el periodista italiano Riccardo Caniato, autor de un libro que combina investigación y testimonio personal, escrito con motivo de los 45 años del inicio de los acontecimientos de Medjugorje y a un año del pronunciamiento vaticano de Nihil obstat.

El 24 de junio de 1981, seis jóvenes del pueblo de Medjugorje (Bosnia-Herzegovina), durante una excursión en las laderas del monte Crnica (hoy conocido como Podbrdo, «la colina de las apariciones»), vieron por primera vez a María, la Madre de Jesús. Pero fue al día siguiente, el 25 de junio —fecha considerada como aniversario de la primera aparición— cuando la Virgen habló con ellos.

Desde entonces, «las apariciones han sido miles», explica Riccardo Caniato, periodista, autor del libro Medjugorje. Un’indagine. La mia vita per il Paradiso, sola andata [Medjugorje. Una investigación. Mi vida por el Paraíso, solo ida, N. del T.] (Ed. Il Timone, 416 pp., 18,90€), y testigo de numerosas sanaciones físicas y espirituales.

«Lo verdaderamente importante», subraya, «es preguntarse por los frutos: millones de peregrinos, vidas transformadas por la experiencia de Medjugorje y, además, el reconocimiento Nihil obstat otorgado por la Santa Sede hace apenas un año».

-¿Cómo definirías Medjugorje?
-Si hablamos del lugar, hay que volver a 1981, cuando todo comenzó. Era entonces una parroquia aislada en medio de los campos, punto de referencia de varias aldeas en disputa por límites de tierras. Medjugorje, en este sentido, es como Belén, Lourdes o Fátima: sitios sencillos, olvidados, incluso inhóspitos. Mientras los hombres celebran congresos en palacios de cristal, Dios se manifiesta en la pequeñez. Y para la crónica, después de las apariciones, la gente del pueblo se reconcilió y la vida se organizó en torno a la iglesia.

-¿Qué significa «fenómeno Medjugorje»?
-Apariciones, visiones, revelaciones privadas, son experiencias místicas que trascienden la realidad empírica. Se habla de fenómeno para subrayar lo extraordinario. Ante hechos como este, cuando alguien afirma ver a la Virgen, la sola razón no es suficiente: para profundizar hay que situarse en una perspectiva de fe. Solo así se percibe que, junto a nuestra realidad constituida por un espacio-tiempo limitado, existe la dimensión infinita y eterna de Dios.

-Tras más de 44 años, ¿cuántas apariciones ha habido?
-Al inicio, la Virgen —a quien llaman Gospa en croata— se manifestaba a los seis videntes cada día. Hoy, décadas después, las revelaciones cotidianas continúan para tres de ellos, entre ellos Marija, que cada día 25 recibe aún un mensaje para la Iglesia y el mundo. Las apariciones son miles, pero más que su número importa mirar los frutos: millones de peregrinos, millones de confesiones y comuniones documentadas cada año en el santuario.

-¿Cuál es el mensaje de este lugar?
-Tanto la aparición en sí como las palabras comunicadas a los videntes son un llamamiento a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, huérfanos de sentido, de que en verdad «Dios existe y nos ama». Las comillas las pone María.

»La Virgen recuerda a una humanidad autorreferencial en su búsqueda de finalidad y de salvación, que espera encontrar la felicidad en la tecnología, en el bienestar terrenal, en la inteligencia artificial… que somos familia del Padre celestial; que cada hombre es hijo de un Dios que nos llama por nuestro nombre, según el pasaje de Jeremías 1, 5: «Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado».

-¿Qué valor tiene el Nihil obstat de la Santa Sede?
-El Nihil obstat, según las nuevas normas de discernimiento promulgadas en mayo de 2024, es el máximo reconocimiento positivo que la Santa Sede concede a un presunto acontecimiento sobrenatural: significa que, en el plano doctrinal y moral, la experiencia mística en cuestión no presenta problemas y que, por el contrario, se han hallado en ella muchos frutos buenos, como curaciones y conversiones.

»Los fieles quedan, por tanto, en libertad de creer y de vivir el mensaje si este les ayuda a ser mejores cristianos, más conscientes. Para el pueblo de Medjugorje, esta libertad de poder adherirse, en sintonía con la autoridad de la Iglesia, a un evento considerado una manifestación auténtica del amor de Dios ha generado una oleada incontenible de alegría y un renovado impulso en la práctica y el testimonio de la fe.

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-¿Nos cuentas tu Medjugorje?
-La primera vez fue en 2001: llegué por casualidad, acompañaba a un compañero que debía escribir un libro para el vigésimo aniversario. Me involucré profundamente y terminamos escribiendo aquel libro juntos. Allí tuve una percepción especial de la presencia de lo divino.

»Las apariciones, en el fondo, son el método de un Dios que ama al hombre, lo creó a su imagen y va a su encuentro: los Evangelios comienzan con la visita del Ángel a María y terminan con las apariciones del Resucitado. Pero ya desde el inicio de la creación, Dios establece una relación con Adán y Eva: en el Génesis está escrito que «paseaba» en el Jardín del Edén.

»En la historia de todos los tiempos, además, se registran apariciones de Jesús, de los santos, pero sobre todo de María: la criatura que más que ninguna otra creyó, que libremente siguió el designio del Creador sobre ella, que mejor comprendió la salvación realizada por Jesús para cada uno… y que por eso viene a despertarnos en la fe, deseando que también nosotros podamos reconocer, como ella, el amor de Dios.

-¿Por qué defines tu viaje a Medjugorje como «el Paraíso solo de ida»?
-La presencia de María convierte a Medjugorje en un Paraíso. Los videntes la describen como una mujer bellísima, la ven joven pero al mismo tiempo maternal y con autoridad. María ya es criatura del Cielo, eternamente joven y feliz, humanamente plena; solo en su aparición lleva consigo un poco de Paraíso. Al hacerse presente a los videntes les comunica la dimensión que le pertenece.

»Pero hay más: con este «incomodarse» cada día desea en definitiva mostrarnos el camino del Paraíso que el Padre celestial ha trazado para cada hombre y cada mujer creados. Todos los mensajes dados en Medjugorje, como también subrayó el cardenal Víctor Manuel Fernández al anunciar el Nihil obstat, son una invitación a vivir con la mirada en Jesús: «¡Aspiren al Cielo!», repitió muchas veces su Madre.

-¿Cuántas veces has vuelto y por qué?
-Me movió a regresar el valor del esfuerzo y de la peregrinación, porque Medjugorje no está a la vuelta de la esquina y el programa sugiere mucho recogimiento, oración, la misa diaria, con las ascensiones a pie a los montes de las apariciones.

»Pero no es obligatorio ir allí, porque lo que enseña María apareciendo a los videntes en sus casas y en otros lugares de su vida cotidiana es que la familia celestial también está cerca de nosotros en nuestros hogares, lugares de trabajo, parroquias…: debemos convertir los lugares de nuestra vida cotidiana en un santuario.

»María en Medjugorje nos recordó, además, que el milagro más grande es la presencia de Jesús en la Eucaristía: la Comunión nos hace tabernáculos del Dios vivo.

-¿Has sido testigo de alguna curación en Medjugorje?
-Sí, en 2001, una madre se acercó en mi presencia a la vidente Marija para pedir a la Virgen la curación de su niña, que estaba allí y se veía que estaba muy enferma. Volví a encontrar a la pequeña al año siguiente y estaba bien. En el libro recojo después muchísimas historias de personas que han testimoniado para sí o para sus seres queridos grandes curaciones en el cuerpo y en el espíritu.

Marija, a la derecha, es una de las videntes, junto a monseñor Cavalli y el autor, a la izquierda, Riccardo Caniato.r.caniato

-¿Quiénes son los seis videntes a quienes se apareció la Virgen?
-Personas comunes; la Virgen los definió en su momento como «ni más inteligentes ni más bellos que los demás», para significar que todos somos queridos por el Cielo. Porque somos familia de Dios: aun en la normalidad hemos recibido una huella de Él; no por casualidad María en sus mensajes nos llama «queridos hijos».

-¿Por qué aparece aquí la Virgen durante tanto tiempo?
-Porque, como toda madre que quiere el bien de sus hijos, debe repetir un millón de veces sus recomendaciones a los hijos testarudos.

-La Virgen se ha presentado con varios nombres: ¿qué significado tienen?
-Nombres como Virgen Bienaventurada nos recuerdan que la Virgen es una sola: la Gospa, la Inmaculada de Lourdes y la Señora Blanca de Fátima son siempre María de Nazaret. Al llamarse Madre, hay un recordatorio de que, por impulso de Jesús en la cruz, Ella se convirtió en Madre de la Iglesia naciente, de modo que todos, en la Iglesia, son hijos suyos y hermanos en Cristo, formando un solo Cuerpo místico.

»El título de Reina de la Paz con el que la Virgen se presentó en Medjugorje en 1981, al otro lado del Telón de Acero, en lo que entonces era Yugoslavia y luego fue desgarrada por la guerra, es evidentemente una advertencia y un llamado para una época marcada por el odio y los conflictos.

»Este lugar tiene también un valor simbólico en la actual y trágica situación internacional… Dos conocidos cistrianos me pidieron traducir el libro al croata. No son fieles practicantes, pero la lectura los conmovió profundamente.

»Diez años después de las apariciones de Medjugorje, la nación yugoslava se hundió en la guerra civil. Medjugorje, además, se encuentra en Bosnia-Herzegovina donde, tras ese conflicto, conviven en una misma nación etnias de distinta fe religiosa.

»Lo que tocó el corazón de estos cristianos es que justamente aquí María se haya presentado como Reina de la Paz, hablando en una lengua, el croata, que en su forma escrita —me explicaron— es comprensible también para serbios, eslovenos, montenegrinos, kosovares, bosnios… para todos los pueblos de la ex-Yugoslavia. Desde aquí la Gospa imploró la reconciliación entre los hombres y entre los hombres y Dios.

»La actualidad del mensaje radica en que hasta ahora ha sido desoído: a pesar de la caída del Muro de Berlín y del fin de la guerra en los Balcanes… los hombres todavía no parecen capaces de reconocerse como hermanos.

Riccardo, en primer plano, visita la montaña de Medjugorje.r.caniato

-¿Cómo respondes a quienes sostienen que Medjugorje es un negocio?
-Que antes del negocio, en cualquier caso, está siempre y solamente la Virgen. Y basta observar las horas que pasan de rodillas, cómo rezan y qué dicen, para entender que Medjugorje es, ante todo, otra cosa.

En efecto, este año también, para el aniversario de junio y para el Festival de los jóvenes en agosto, Medjugorje fue invadida por decenas de miles de peregrinos. ¿Cómo explicas este éxito en un tiempo descristianizado, en el que sobre todo las nuevas generaciones parecen insensibles al mensaje cristiano?
-Además, Medjugorje carece de atracciones turísticas o de ocio: no tiene mar, no es montaña, no tiene discotecas ni cines… ¿Quién atrae a estos jóvenes, a estos hombres y mujeres de todo el mundo? ¿Y qué unió a Ivanka, Marija, Mirijana, Vicka, Ivan y Jakov en junio de 1981?

»Un grupo en general se forma alrededor de un interés, una pasión, un objetivo común interno a él. El psicólogo, padre Slavko Barbarić, enviado por la Orden para investigar, constató que aquel grupo de seis jóvenes no estaba unido por un vínculo o una dependencia común, sino por Alguien. Lo mismo sucede hoy.

-¿Puedes explicarlo mejor?
-Medjugorje, desde hace casi cincuenta años, nos dice que junto a nuestro espacio-tiempo, definido por límites y por un pasado-presente y futuro, existe el espacio-tiempo del presente eterno de Dios que la Virgen atraviesa. Medjugorje, en sustancia, nos llama a confrontarnos con un hecho que supera nuestros sentidos, pero que es absolutamente real y que se puede resumir así: la Virgen aparece, por lo tanto existe, pero si es así también Jesús está vivo y mi fe es verdadera.

»La atracción por este lugar nace de la fuerte percepción de la presencia de lo Divino, una experiencia que une a todos en un valor universal y, al mismo tiempo, ofrece a cada uno un encuentro personal con Dios.

»Lo confirmé con la historia de Giovanni Maria, un niño italiano de siete años, cuya vida y muerte extraordinarias están siendo examinadas por la Iglesia. Su madre, Cinzia, me contó un episodio conmovedor: en Medjugorje, viéndolo radiante de alegría, le preguntó: «Giò, ¿pero no era Lourdes tu favorita?». Su respuesta fue desarmante en su sencillez: »»Todos son lugares amados por María, pero en Medjugorje la Virgen está aquí, ahora».

«Medjugorje, la película»: la han visto en 19 países, pero Netflix y otras plataformas le dicen «no»
-Escribes: «No hace falta ser vidente. A través de ellos yo sé, yo también veo lo que me espera: ¡un día miraré a los ojos a mi Madre María! Ella me dará un beso, una caricia en la mejilla y me conducirá al abrazo del Padre y de su Hijo Jesús. No sé con exactitud cuándo sucederá, pero tarde o temprano, dentro de unas horas, días, semanas, si sé merecerlo, también me sucederá a mí». ¿Nos cuentas esta fe tuya?


-Cuando murió mi abuela paterna, yo tenía 4 años, durante un tiempo me despertaba de noche y repetía como una letanía: «Nunca se acaba, nunca se acaba, nunca se acaba», en el esfuerzo de percibir el alcance de la eternidad.

»Esa palabra entonces me daba miedo, pero después me di cuenta de que esos raros momentos en los que sentí querer tanto y gratuitamente, en los que mi corazón estalló de alegría por alguien, en los que experimenté un gozo inmenso por algo… realmente deseé que no acabaran nunca.

»Ahora la fe cristiana nos dice que Dios nos creó para hacernos partícipes eternamente de su compañía en la plenitud de lo que somos. Es lo que María nos repite desde Medjugorje y lo que yo también espero para mí.

Medjugorje. Un’indagine (ed. Il Timone) [Medjugorje. Una investigación, N. del T.]
Es el nuevo libro del periodista y escritor Riccardo Caniato. El relato narra, con rigor periodístico e intensidad espiritual, las apariciones marianas iniciadas el 25 de junio de 1981 en la localidad croata.

Desde los videntes hasta los mensajes, desde los testimonios de curación hasta el largo proceso eclesiástico que condujo al reciente Nihil obstat de la Santa Sede, el autor ofrece una reconstrucción documentada y conmovedora.

Fruto de años de investigaciones y encuentros, el libro es también el relato personal de un camino de fe. Una investigación que interpela la razón y toca el corazón, fuente de orientación en un tiempo de gran auge de los peregrinajes.

De la introducción del padre Serafino Tognetti: «El libro que tienen entre sus manos es el valioso testimonio de un hecho, de un acontecimiento, de una realidad. Se puede creer o no creer, argumentar o no argumentar, pero la realidad permanece, firme como la roca, ante nuestros ojos: el ‘fenómeno’ Medjugorje genera conversión y regreso a Dios».

Caniato, editor y periodista, ha dedicado gran parte de su carrera al estudio de las apariciones marianas más significativas de nuestro tiempo, concentrándose en algunas más cercanas a nosotros, como Bonate, Civitavecchia, Kibeho y Medjugorje. Miembro de la PAMI – Pontificia Academia Mariana Internacional, autor y curador de volúmenes, así como de reportajes y especiales periodísticos para diversos medios, fue secretario de la Comisión Internacional Teológica que favoreció el reconocimiento de Nihil obstat, en 2024, para la mariofanía de Montichiari.