Medjugorje, un acontecimiento para vivirlo
Acondicionaron bancas al aire libre para más de 7 mil personas. Era primero de mayo y todas las bancas estaban ocupadas.
por Úrsula Delgado, periodista de RPP
Conoci la experiencia de peregrinar a este pueblo de Bosnia y Herzegovina, que recibe al año entre uno y dos millones de peregrinos de todo el mundo.
Los mensajes de la Virgen o Gospa en Medjugorje vienen atrayendo a personas a vivir una experiencia de fe, gracia y conversión.
La imagen de la Virgen en la cima del Monte Podbrdo o montaña de las Apariciones en Medjugorje.
Llegué a Medjugorje, junto con mis tres hermanas y mi madre, por iniciativa de ésta última. La primera impresión que compartí con una de mis hermanas fue la paz que se vive en este pequeño pueblo de Bosnia y Herzegovina, que con sus 4 mil habitantes ha trascendido en el mundo por la fe, gracia y conversión que se respira en él.
Cuando llegamos, en la víspera del día de San José Obrero, a la parroquia Santiago Apóstol en Medjugorje, la única en todo el pueblo, había más de 30 sacerdotes confesando en diversos idiomas. Y eso que no era temporada alta. Los confesionarios estaban ubicados alrededor de la parroquia y podías ver al sacerdote con un cartel que indicaba su idioma.
También había sacerdotes confesando cara a cara, siempre en el idioma indicado por el pequeño letrero. Muchos peregrinos, al igual que yo, percibíamos una libertad y paz en medio de una gran sencillez, pero en especial los sacerdotes. No en vano, Medjugorje es conocido como el confesionario del mundo.
Desde hace muchos años, los franciscanos se encargan de administrar la parroquia de Medjugorje. Como tiene una capacidad limitada y hay una cantidad de peregrinos que llegan de todo el mundo, han adaptado la gran explanada posterior a la parroquia y acondicionaron bancas al aire libre para más de 7 mil personas. Era primero de mayo y todas las bancas estaban ocupadas.
Esta historia o el fenómeno de Medjugorje comienza el 24 de junio de 1981, cuando la Virgen se aparece a seis niños y jóvenes entre los 9 y 16 años. Ellos son Mirjana, Ivanka, Vicka, Jakov, Marija e Iván. Eran tiempos donde el comunismo reinaba y no se permitía vivir la religiosidad con libertad. La fe era un acto personal, pero muy arraigado en aquel pueblo perdido de la ex Yugoslavia.
Al día siguiente, el 25 de junio, la Virgen habló por primera a los videntes y le dijo: “Paz, paz, paz y solamente paz. La paz debe reinar entre los hombres y entre Dios y los hombres”. Por ser el primer mensaje que dio la Gospa, esta fecha se considera central para las apariciones en Medjugorje, las que aún no cesan, según el testimonio de tres de los seis videntes.
Así como en otras apariciones marianas reconocidas por la iglesia, como La Salette, Lourdes o Fátima, los niños son los elegidos para dar a conocer el mensaje de la Gospa. En Medjugorje, estos mensajes pueden sintetizarse, según Fray Zvonimir Pavicic, actual párroco franciscano, en: oración, eucaristía, biblia, ayuno y confesión.
Además de escuchar al joven franciscano de 33 años, Fray Zvonimir Pavicic, conocimos el testimonio de dos jóvenes que salieron del mundo de la droga gracias a la comunidad de Cenáculo, fundada por la Madre Elvira Petrozzi, religiosa italiana, quien ha abierto más de 60 casas para hombres y mujeres en 18 países.
Escuchamos el testimonio de conversión de Patrick, quien junto a su esposa Nancy, reciben diariamente a grupos de peregrinos en el Castillo o casa para hospedar a sacerdotes. Además, subimos el Monte Podbrdo o de las Apariciones. Al día siguiente, después de una noche lluviosa, trepamos el monte Krizevac, rezando el Vía Crucis y con las zapatillas embarradas, pero con el corazón agradecido.
Todos en Medjugorje reconocen que el gran divulgador de las apariciones de la Virgen fue Fray Salvko Barbaric. La cantidad de sus escritos y su repentina muerte a fines del 2000, cuando terminaba de rezar la última estación del vía crucis en el monte Krizevac, lo inmortalizaron a los ojos de los peregrinos.
…Medjugorje representa hoy para la iglesia un lugar especial de gracia para los peregrinos que llegan de todo el mundo. Es un lugar de oración, que suscita confesiones en un gran número de visitantes, implica un nuevo inicio en el camino de fe y hasta una conversión de vida.