NOVENA NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA, Día 4
LA TERCERA APARICIÓN EN FÁTIMA
AMOR DE MARÍA
Si la humildad es la base de la santidad, la santidad es la reina de todas las virtudes. El Corazón de María, desde su primer latido, fue todo para DIOS, a quien amó siempre con amor intensísimo. Escribe San Bernardino “EI amor que María tenía a DIOS vencía al que todos los ángeles han tenido” Vivía en continuo acto decaridad, pudiendo decir con la Esposa de los Cantares: “Yo duermo, pero mi corazón vela” (Cant. V. 2).Y como el amor de Dios es inseparable del amor del prójimo, María Santísima amó y ama entrañablemente a los pobres pecadores. El Mensaje de Fátima no es sino un llamamiento urgente de su corazón compasivo a la penitencia y reparación, a la enmienda de la vida, es decir, a la salvación de las almas, prosiguiendo de este modo nuestra amantísima Madre, desde el Cielo, su obra de caridad para con los hombres. Encendamos en nuestro corazón ese fuego ardiente con el que superemos todos los obstáculos que se oponen a la Ley de Dios. Si prende bien en nuestros corazones ese amor de caridad, brotará juntamente con él, el espíritu de sacrificio y soñaremos en campos de apostolado. Vigilaremos y trabajaremos para disminuir las ofensas que se cometen contra Dios y contra el Purísimo Corazón de María. Pidámosle una chispita de aquel volcán de caridad que lo abrasaba y así practicaremos el amor de Dios y del prójimo.
Lección Histórica
TERCERA APARICIÓN
El día 13 de julio, entre cuatro o cinco mil personas tuvieron que abrirse paso los videntes para llegar al lugar de las apariciones. Después del acostumbrado relámpago, envuelta en una intensa luz, se presentó a los niños la Visión.Lucía, habló y preguntó como en veces anteriores y la Aparición le contestó con la misma amabilidad de siempre. Luego insistió en que se rezara diariamente el Santo Rosarlo.—Rezadlo con el fin de que cese la guerra. Sólo la intercesión de la Santísima Virgen puede obtener a los hombres esta gracia.Lucia quiso conocer el nombre de la Visión y pidió una prueba que confirmara la realidad de la Aparición celeste. Esta le contestó:—Seguid viniendo todos los meses. En octubre, os diré quién soy y lo que deseo. Y yo haré entonces, un gran milagro para que todo el mundo pueda creeros.Y añadió poco después:—Sacrificaos por los pecadores, y decid a menudo, sobre todo al hacer algún sacrificio: ¡Oh, Jesús! por vuestro amor, por la Conversión de los pecadores y en reparación de las injurias cometidas contra el Inmaculado Corazón de María.Dichas estas palabras mostró a los niños el infierno, y como para pedir socorro, éstos alzaron los ojos a Nuestra Señora, que les dijo con bondad y tristeza:—Habéis visto el infierno adónde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, el Señor quiere establecer la devoción a mi Corazón Inmaculado. Si se hace lo que yo os diga, muchas almas se salvarán y vendrá la paz. La guerra (1914-1918) está para acabar; pero si no cesan de ofender al Señor, no pasará mucho tiempo, en el próximo Pontificado de Pío XI, en que comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que esa es la Señal que Dios os da de que está próximo el castigo del mundo por sus muchos delitos, mediante la guerra, el hambre y las persecuciones contra la Iglesia y contra el Padre Santo… Yo he venido a pedir la Consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora en los primeros sábados de mes.Si se prestase oído a mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz. De lo contrario, ésta propagará sus errores por todo el mundo, suscitando guerras y persecuciones contra la Iglesia , muchas personas buenas serán martirizadas, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin triunfará mi Corazón Inmaculado. El Padre Santo consagrará Rusia a mi Inmaculado Corazón,Rusia será convertida y habrá en el mundo un período de paz.Y añadió después:—Cuando recéis el Rosario, decid al fin de cada decena: ¡Oh, Jesús mío! Perdonadnos nuestros pecados: libradnos del fuego del infierno; llevad al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Vuestra Misericordia.
Reflexión
Con el Hijo Eterno de Dios en su vientre, María fue con prontitud a visitar a su parienta entrada en años, Isabel, y su esposo, Zacarías. El Ángel Gabriel le había dicho a María que Isabel también estaba embarazada: “Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios” (Lucas 1:36-37).Parecería que San Lucas vio que el relato del Rey David del Antiguo Testamento que narra el traslado del Arca de la Alianza desde Judá hasta Jerusalén – 2 Samuel 6 – se cumplió en el relato de la Visitación. La intención del evangelista fue presentar a María, que se pone en camino para visitar a su prima Isabel, como verdadera Arca de la Alianza: el nuevo lugar donde habita Dios en medio de su pueblo.Véanse a continuación algunos puntos de comparación: cuando los judíos se presentaban ante el Arca de la Alianza, lanzaban un grito de alegría, una suerte de clamor santo reservado exclusivamente a honrar la presencia de Dios en el Arca. Cuando María entró en la casa de su parienta y la saludó, Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamó con gran voz, usando casi las mismas palabras que el Rey David había expresado al tomar conciencia de la importancia de que el Arca fuera a su casa: ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Por último, así como David saltó y giró ante la vieja Arca de la Alianza, Juan el Bautista en el vientre de su madre saltó de gozo ante la presencia de Dios en su nueva Arca de la Alianza, María.Este texto revela maravillosamente el significado de la Anunciación y el Fiat de María. Por el asentimiento de fe a la palabra del Ángel que hizo María, el Hijo Eterno de Dios, bajó del Cielo para habitar en su vientre. El Arca de la Alianza construida por orden de Moisés y Aarón, es apenas un prototipo, una prefiguración de María, que es donde verdaderamente habita Dios. Isabel, Zacarías y Juan Bautista todavía en el seno de su madre son bendecidos por Jesús que vive en María. Isabel bendijo al Hijo y a la Madre tres veces: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno. Y: ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!
Oración
Dios, Padre Todopoderoso, cuando María se entregó a tu Palabra, concibió a Cristo primero en su mente por la fe, después en su corazón por la esperanza y el amor, y finalmente en su cuerpo por obra de tu Espíritu Santo. Gracias a su deseo de ser la madre de tu Hijo, María abrió para todos los hombres las compuertas de tu amor misericordioso. Que ella ayude a todos los hombres a vivir en fe, esperanza y caridad, obedeciendo tu voluntad. Que ella nos recuerde siempre que lo que Tú quieres es dar la salvación a nuestros hermanos por medio de nuestra fe y buenas obras. Ayúdanos a aceptar plenamente nuestra responsabilidad en la lucha contra la cultura de la muerte y la promoción de la cultura de la vida en nuestra sociedad. Te lo pedimos por Cristo, Nuestro Señor. Amén.
ORACION FINAL
¡Oh Dios!, cuyo Unigénito con Su vida, muerte y resurrección nos ha merecido el premio de la eterna salvación: Te suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del Rosario de la Santísima Virgen María, imitemos los ejemplos que contienen y consigamos los bienes que prometen. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
JACULATORIA
¡Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!