Novena Santo Cura de Ars

Novena Santo Cura de Ars

30 de julio de 2024 0 Por Gospa Chile

Día 7: Ahuyentador del demonio.


«¡Orad por los sacerdotes! Orad para que la unión entre Mi Hijo y ellos sea lo más fuerte posible, para que sean una sola cosa. ¡Os doy las gracias!” (Del Mensaje del 2 de Septiembre, 2012)


Señor mio, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocaciones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra las perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Divino Jesús, que quieres que pidamos al Señor de la mies que envíe a ella buenos operarios, dígnate suscitar en tu Iglesia y en particular en esta diócesis muchos y santos sacerdotes, que siéndolo en todo según tu Corazón, procuren celosamente por su sagrado ministerio la gloria de tu Padre Celestial y la salvación de las almas redimidas por tu Sangre preciosa. Amén.

María, Madre amorosísima de los hombres, danos sacerdotes, danos sacerdotes santos. Amén.


Dice San Juan Mª Vianney:

«Al leer la vida de ciertos mártires, afirmamos que seríamos capaces de sufrir todo aquello por Dios. Aquellas horas pronto pasaron, decimos, y viene después una eternidad de dicha. Mas ¿qué hace el Señor para enseñarnos un poco a conocernos, o mejor, para mostrar que nada somos? Pues aquí lo veréis: permite al demonio llegar un poco más cercano a nosotros. Oíd a aquel cristiano que no hace mucho envidiaba a los solitarios que se alimentaban de hierba, y raíces, y formaba el gran propósito de tratar duramente su cuerpo; ¡ay! un ligero dolor de cabeza, la picadura de un alfiler le hacen quejarse a grito batiente; se pone frenético, exhala clamores; no hace mucho estaba presto a padecer todas las penitencias de los anacoretas, y una pequeñez le desesperaba.

Mirad a aquel otro que parece está presto a dar la vida por su Dios, y que ningún tormento es capaz de detenerle: la más leve murmuración, una calumnia, hasta un papel algo frío, una pequeña desconsideración de parte de los demás, un favor pagado con ingratitud, provocan en seguida en su ánimo sentimientos de odio, de venganza, de aversión, hasta el punto de llegar a veces a no querer ver jamás a su prójimo o a lo menos a tratarle con frialdad, con un aire que revela indudablemente lo que pasa en su corazón; y ¡cuántas veces esas ofensas le quitan el sueño o se le representan con el primer pensamiento al despertarse! ¡cuán poca cosa somos y en cuán poco hemos de tener todos nuestros más bellos propósitos!».


Mensaje, 31 de julio de 1986

“¡Queridos hijos! El odio engendra discordia y no distingue nada ni a nadie. Yo los invito a llevar siempre la concordia y la paz dondequiera que ustedes estén. Actúen siempre con amor. Que el amor sea siempre su único medio de defensa. Con el amor, transformen para bien todo lo que Satanás quiere destruir y tomar para sí. Sólo así serán ustedes completamente míos y Yo podré ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”


Súplica milagrosa del Santo Cura Vianney de Ars
«Oh Madre de Jesús, por Tus incomensurables dolores durante la pasión y muerte de Tu Hijo divino, y por las amargas lágrimas que derramaste, te pido que ofrezcas en sacrificio el cuerpo santo, cubierto de heridas y de sangre de nuestro Redentor, junto con Tus dolores y lágrimas, al Padre Celestial, para la salvación de las almas y para adquirir las gracias que te pido suplicante…» 

Súplica a María Santísima

«Hoy, como ayer, cuando el Amor Más Perfecto pasa por encima de la tierra, escoltada por Mis Ángeles, cuyos ojos nunca cesan de admirar a la Admirable, a la Más Santa de todas las Vírgenes, maravillándose de la Belleza de la Obra Maestra de Mi Padre, cuando Ella pasa sobre la tierra, Ella interviene amorosamente y responde a sus súplicas. canta un nuevo himno al Himno de la Santísima Trinidad. Canta y di: «¡Hermanos! ¡Hermanas! Vengan y sean cubiertos por el Manto de Gracia en la Gracia. Vengan y sean cubiertos por la Luz de la Reina. Vengan, seamos eclipsados por la Única que fue cubierta por la sombra del Espíritu Santo. Vengan a la Única, tan Bendita, que muestra Su Amor Maternal a Sus hijos enseñándoles el camino hacia el cielo.»


Oremos con el Padre Slavko

Dios, Padre nuestro, gracias porque Tú eres nuestro Padre y porque nos has llamado a ser Tus hijos. Gracias porque nos has revelado Tu amor por medio de Jesucristo, Tu Hijo, que se hizo hombre. Te alabamos por la misericordia que nos has mostrado en El. Te damos gracias porque nos has prometido enviarnos a Tu Espíritu Santo y especialmente por habernos enviado a María para que pueda guiarnos en este tiempo de gracia. Te pedimos, oh Dios, Padre nuestro, que abras nuestros corazones y nos liberes de todo lo que nos cierra a Ti. Danos la gracia de regocijarnos con Tu Palabra. Danos la gracia de poder entenderla y aceptar Tu voluntad sin miedo. Especialmente, Te pedimos que abras los corazones de todos los cristianos bautizados a Tu Palabra durante este Adviento, a fin de que podamos ser muy conscientes de que Tú nos has enviado al mundo a mostrar a otros Tu amor. Danos la fortaleza de vivir con nuestras manos gozosamente extendidas, para que quienes no Te conocen puedan llegar a hacerlo. Danos la gracia de ser siempre conscientes, en cualquier situación, que somos cristianos y amarte por sobre todas las cosas. Te suplicamos, bendice al Papa y a todos los Obispos, a todos los Sacerdotes, a todos los padres de familia y maestros para que puedan estar abiertos a Tu Palabra y servir y ayudar a quienes les has confiado para llegar a conocerte como Padre. Haz que todos vivamos en este mundo responsable y conscientemente. Danos la gracia de ser hombres y mujeres de buena voluntad, a fin de que durante este nuevo tiempo seamos Tus manos en este mundo. Todo esto Te lo pedimos Padre, por Jesucristo Nuestro Señor y por el Espíritu Santo. Amén.

Fray Slavko , Medjugorje, Noviembre 27 de 1997


ORACIÓN DEL SANTO CURA DE ARS

Te amo, Oh mi Dios. Mi único deseo es amarte Hasta el último suspiro de mi vida. Te amo, Oh infinitamente amoroso Dios, Y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti. Te amo, oh mi Dios, y mi único temor es ir al infierno Porque ahí nunca tendría la dulce consolación de tu amor, Oh mi Dios, si mi lengua no puede decir cada instante que te amo, por lo menos quiero que mi corazón lo repita cada vez que respiro. Ah, dame la gracia de sufrir mientras que te amo, Y de amarte mientras que sufro, y el día que me muera No solo amarte pero sentir que te amo. Te suplico que mientras más cerca estés de mi hora Final aumentes y perfecciones mi amor por Ti. Amén.


ORACION POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES

De Santa Teresita del Niño Jesús

Oh Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra, la obra divina de salvar a las almas, protege a tus sacerdotes (especialmente a: …………..) en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN. Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS, que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO, y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE. Haz que se preserven puros sus Corazones, marcados con el sello sublime del SACERDOCIO, y no permitas que el espíritu del mundo los contamine. Aumenta el número de tus apóstoles, y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro. Bendice Sus trabajos y fatigas, y que como fruto de Su apostolado obtenga la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén”