¿Quién es el más importante?

¿Quién es el más importante?

3 de julio de 2024 0 Por Gospa Chile

«Porque el que es menor entre todos vosotros, éste es el mayor” Comentario de San Cirilo  


 Cuando brotan las pasiones en nuestro corazón, se arrancan fácilmente, pero cuando crecen es difícil deshacerse de ellas

El demonio asedia de muchos modos a los que quieren emprender una vida mejor. Por ello es que estimula sus pasiones para poder someter su alma, por medio de las excitaciones de la carne. Y cuando alguno se propone huir de sus lazos, excita la pasión de la codicia de la gloria, pasión que llegó a apoderarse de algunos de los apóstoles. Por lo que dice el Evangelista: «Y les vino el pensamiento, quién de ellos sería el mayor». El que esto piensa es que desea hacerse superior a los demás. Creo que no serían todos los discípulos atacados de esta misma enfermedad y, por ello, el Evangelista, para que no se forme mal juicio sobre alguno de los discípulos, dice en general que les vino el pensamiento.

El Señor que sabe salvar, cuando vio que se suscitaba esta idea en la mente de sus discípulos como un germen de amargura, antes que tomase incremento, la arrancó de raíz. Cuando brotan las pasiones en nuestro corazón, se arrancan fácilmente, pero cuando crecen es difícil deshacerse de ellas. Por lo cual prosigue: «Mas Jesús, viendo lo que pensaban en su corazón», etc. Sepa que yerra aquel que cree que Jesús es un puro hombre. Aun cuando el Verbo se hizo carne, continuó siendo Dios; pues sólo Dios es quien puede conocer lo que sucede en los corazones y en las entrañas. Cuando tomó al niño y lo puso en su presencia, se proponía la utilidad de sus apóstoles y la nuestra. Porque el mal de la vanagloria se ceba especialmente en aquellos que sobresalen sobre los demás. Mas el niño tiene el alma sincera, el corazón inmaculado, y permanece en la sencillez de sus pensamientos; no ambiciona los honores, ni conoce las prerrogativas, ni teme ser poco considerado, ni se ocupa de las cosas con gran interés. A tales, pues, ama y abraza el Señor; se digna tenerlos cerca de sí, pues lo imitan. Por esto dice el Señor ( Mt 11,29): «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón». De donde prosigue: «Y les dijo: El que recibiere a este niño en mi nombre, a mí me recibe». Como diciendo: Puesto que es una misma la recompensa para los que honran a los santos, ya sean acaso ignorados, ya preclaros en honor y gloria, toda vez que se recibe en ellos a Cristo, ¿cómo no será vano disputarse la preeminencia?

Aún insinúa más el sentido de las palabras, diciendo: «Porque el que es menor entre todos vosotros, éste es el mayor». Dice esto del modesto, que nada sublime cree de sí por modestia.

Pero convenía más bien pensar que éste mismo no era el autor de los milagros, sino la gracia que está en aquel que obra los milagros, por virtud de Cristo. ¿Por qué, pues, no se cuentan con los apóstoles aquellos que son coronados con la gracia de Cristo? Son muchas las diferencias de los dones de Cristo; y como había concedido a los apóstoles el de arrojar los demonios de los cuerpos de los hombres, creyeron que sólo a ellos era lícito ejercer ese poder. Por ello acuden preguntando si será lícito hacer esto a otros.

Como diciendo: Por vosotros, que amáis a Cristo, hay algunos que quieren seguir las cosas que pertenecen a su gloria, coronados con la gracia del mismo.